Esta noche se realizó la movilización contra la iniciativa legislativa denominada ‘Ley Pulpín 2.0’ que se presentó en marzo por el Ejecutivo y pretende modificar el régimen laboral juvenil.
La Comisión de Trabajo del Congreso debatiría hoy la llamada “Ley Pulpín 2.0”, una iniciativa del Ejecutivo que tiene como finalidad aumentar el empleo juvenil.
En marzo, el Ejecutivo presentó al Congreso un proyecto de ley relacionado con el empleo juvenil, al cual algunos congresistas ya lo llaman “Ley pulpín 2.0”. La polémica no se ha hecho esperar.
No conformes con derogar la ley que iba a facilitar que varios jóvenes pasaran a la formalidad, las autoridades políticas desean elevar la valla del empleo formal aún más incrementando el –ya elevado– salario mínimo. En un contexto en el que uno de cada cuatro peruanos trabaja en la informalidad produciendo –en promedio– menos que el actual salario mínimo, es difícil entender cómo se puede justificar tal iniciativa. Asimismo, en la medida en que la productividad de los trabajadores se encuentre por debajo del salario mínimo, no tendrá sentido para los empresarios formales contratar a empleados que cuestan más de lo que aportan a la compañía. Sin duda, la tarea más importante consiste en mejorar la productividad, pero, mientras esta situación no se dé, deberíamos, por lo menos, evitar seguir excluyendo con costosas regulaciones.
Desde las 5 p.m. diversos gremios sindicales y de trabajadores se reunieron en la Plaza San Martín para protestar en rechazo al proyecto de ley 4008, la que dicen generaría despidos masivos y les reducirá beneficios, tal como iba a suceder con la derogada ‘Ley Pulpín’.
El flamante ministro de Trabajo, Daniel Maurate, señaló que el gobierno insistirá en un régimen laboral para los jóvenes pese a que su falló su primer intento, cuando la Ley Pulpín fue derogada en el Congreso.
¿Qué tipo de ciudadano es aquél que apoyó la ‘ley Pulpín’? ¿Es un autoritario defensor de la “mano dura” y/o del pragmatismo de las obras de cemento? Datos desagregados –que gentilmente proporciona Ipsos– ofrecen pistas sobre las características del “defensor de las reformas laborales”. Al respecto, resultan sugerentes dos comparaciones: los pro-‘ley Pulpín’, con quienes apoyan al ministro Urresti –a nivel nacional–; y los defensores de dicha ley, con quienes aprueban la gestión de Castañeda en Lima.
La escena oficial –los eternos intercambios de golpes entre los políticos– esconde tanto la indignación y la frustración como una desafección radical con las instituciones de la democracia liberal y la legalidad.
Se derogó la ‘ley Pulpín’. Hemos sido testigos de cómo congresistas, líderes de partido y agrupaciones cambiaban de acuerdo a la protesta juvenil. Al gobierno le faltó manejo político para generar consensos antes de promulgar la ley sin reglamento. El tema se politizó y el gobierno perdió esta batalla con la derogación. Además, el oficialismo pasa por momentos difíciles: Nadine enfrenta serios cuestionamientos y la oposición pide la renuncia de la premier Ana Jara. Respecto a la ley, se otorgaban derechos a los jóvenes que no tenían (propina vs. sueldo, CTS, vacaciones, etc.). Los aspectos técnicos de la ley fueron dejados de lado y eso sirvió como excusa para exponer al país a las hogueras políticas, a las que podemos volver a enfrentar en 2015, en el año preelectoral. Este tipo de situaciones promueve desconfianza en la inversión privada, aunque le da TV y radio a los políticos y congresistas.
Otoño de 1997. La destitución de tres magistrados del Tribunal Constitucional inició una ola de movilización estudiantil contra el régimen autoritario de Fujimori. La espontaneidad, frescura y agallas de las protestas juveniles –paralelas a las de sindicatos tradicionales y frentes regionales– generaron ilusión respecto a la conjeturada generación “X”, calificada de apolítica y frívola. Las calles mostraron entonces lugar para la esperanza de renovación política; sensación similar a la actual resaca post-‘Pulpín’. Pero ¿qué fue de esa promisoria generación? ¿Qué de aquellas jóvenes promesas galardonadas y apapachadas por activistas e intelectuales?
¿Por qué miles de jóvenes sin empleo salieron a las calles contra la ‘ley Pulpín’, la criatura del MEF? ¿Por qué protestaron los que están fuera del mercado laboral formal? ¿Por qué reclaman por algo que nadie les puede quitar, puesto que, según el pragmático pensamiento en boga, no tienen nada? Sus letreros y consignas ayudan a entenderlo: “El poder nos teme porque la causa es justa. No a la esclavitud”, “La lucha será larga porque los derechos no se negocian”, “Cuando la ley es injusta, lo correcto es rebelarse”, “Soy cholo pero no barato”. Les indigna que les arranquen derechos debido al solo hecho de no poder ejercerlos.
Autor: Ricardo Monzón Kcomt. rmonzon@peru21.com
El presidente Ollanta Humala pidió alternativas a la derogada Ley de Empleo Juvenil (ley Pulpín) y ya encontró eco en al menos una bancada: Acción Popular – Frente Amplio (AP-FA), que presentará una iniciativa para promover el empleo entre los jóvenes.
Autor: Ricardo Monzón Kcomt. rmonzon@peru21.com
El presidente Ollanta Humala retó al Congreso a presentar una propuesta alternativa al régimen laboral juvenil –conocido también como Ley Pulpín–, derogado el lunes en el Pleno del Congreso tras una serie de críticas y marchas.
El régimen laboral juvenil, conocido como la Ley Pulpín, fue derogado oficialmente. Dos días después de la decisión del Pleno del Congreso, el presidente Ollanta Humala promulgó hoy la Ley 30300 que pone punto final al criticado sistema de empleo.
Miles de jóvenes se movilizaron los últimos dos meses para protestar contra una ley que consideraban injusta. Luego de cinco marchas masivas, el Ejecutivo –promotor de esta legislación– se vio obligado a convocar una sesión extraordinaria del Parlamento para que, al final, este terminara por derogar dicha regulación. Hay veces en las que, efectivamente, la acción de protestar alcanza sus objetivos ulteriores. Son precisamente estos momentos los que legitiman la movilización y empoderan a los ciudadanos. Demuestran con hechos que la decisión individual de unirse a una acción colectiva puede tumbarse una reforma que cuenta con el respaldo de los poderes políticos y el beneplácito de los grupos económicos. La derogatoria de la ‘ley Pulpín’ es, efectivamente, el triunfo de la calle sin partidos opositores ni organizaciones intermedias. Es la victoria de la indignación espontánea que no necesita redes sociales virtuales ni liderazgos demagógicos.
Es una semana para celebrar. Celebremos que se mantendrá el statu quo que deja a la mayoría en la informalidad. Bailemos en la plaza San Martín por lograr que miles de jóvenes ya no reciban capacitación. Seamos felices de que nueve de cada diez jóvenes trabajen sin acceso al seguro de salud, vacaciones ni condiciones mínimas de seguridad. Aclamemos como un triunfo la desinformación para preservar un sistema que solo beneficia a quienes menos necesitan ayuda y excluye a la población vulnerable. Aplaudamos el vergonzoso nivel de los políticos que se mueven por las encuestas. Esta es una victoria para la peor clase de ignorancia, manipulación y populismo. Celebremos la derogatoria de la ‘ley Pulpín’.
Autor: Diana Hidalgo. diana.hidalgo@peru21.com
El presidente de la República, Ollanta Humala, pasó un momento incómodo durante una actividad en Cañete cuando la alcaldesa de Pacarán, Luisa Meneses, lo felicitó por haber derogado la ‘Ley Pulpín’, poco después de que su gobierno sufriera una de sus mayores reveses políticos.
Primero: ¿era la Ley de Empleo Juvenil tan buena que justificaba ir al despeñadero por ella? No. Los objetivos de la ley eran y son correctos: crear incentivos para que las empresas formales contraten a jóvenes de menores competencias a fin de ganar experiencia y productividad de tal manera que puedan lograr un espacio en el sector formal. Pero esa ley no era la única forma o alternativa. Era –y es– perfectible, y hacia eso debería apuntar ahora el gobierno.
No me sorprende este triste e inmerecido fin de la estúpidamente apodada “ley Pulpín” (muy nerd la chapa). No se hace una reforma de ese tipo al final del gobierno y menos si no se tiene una estrategia adecuada de comunicación. Y pudieron salvarla apenas comenzaron las protestas si bajaban la edad de 16 a 21 años y excluían a los universitarios (eso acababa con las marchas). Pero Segura y Ghezzi han demostrado ser un par de necios que no saben escuchar…
Hay momentos determinados en que el más poderoso diseñador de políticas públicas no puede lograr que su más sofisticada elaboración se convierta en norma. Aunque cuente con la venia del poder político y del poder económico, y el respaldo de la econometría aplicada, hay veces en que la ausencia de sentido político socava la soberbia del policy-maker. Responsabilizar las deficiencias aduciendo “problemas de comunicación” es negar la realidad y la incompetencia para un puesto de envergadura. Ayer, el joven Pulpín movilizado fue más que un Ph.D. en Economía. Así de hermosa puede ser la democracia.
Cientos de jóvenes que se encontraban reunidos en la Plaza San Martín tras la quinta marcha en contra el régimen laboral juvenil celebraron con cánticos y bailes la derogación de la norma, mejor conocida como Ley Pulpín.
Los jóvenes celebraron la derogación de la Ley Pulpín con un sinnúmero de divertidos memes que compartieron a través de las redes sociales.
Los ex presidentes Alan García y Alejandro Toledo saludaron a través de sus cuentas oficiales de Twitter la decisión del Pleno extraordinario del Congreso de aprobar la derogación del polémico régimen laboral juvenil.
El régimen laboral juvenil o Ley Pulpín fue derogado hoy por el Pleno del Congreso, mientras miles de jóvenes se movilizaron por el centro de Lima exigiendo el fin de este sistema.
La quinta marcha en contra del régimen laboral juvenil, la denominada Ley Pulpín, casi llegó hasta la sede del Congreso, en medio del debate que se dio en el Pleno que terminó en la derogación de la polémica norma económica.
El presidente de la República, Ollanta Humala, indicó que los políticos deben aprender a cultivar la “lealtad y la disciplina”, al comentar la reciente renuncia del parlamentario Sergio Tejada de las filas del nacionalismo.
Cuando el Pleno del Congreso de la República estaba a punto de negarle el permiso para viajar fuera del país —el día que se debate la criticada ‘Ley Pulpín’, el presidente Ollanta Humala envió un oficio al Parlamento retirando su solicitud.
El congresista oficialista Daniel Abugattás afirmó hoy lunes que la renuncia de Sergio Tejada a la bancada nacionalista tiene una motivación política personal y su oposición a la ‘Ley Pulpín’ es solo una “excusa”.
Pese a que estaba programado para las 9 a.m., recién una hora después inició el debate la posible partida de defunción del régimen laboral juvenil o ‘Ley Pulpín’ entre una fortalecida oposición y un golpeado oficialismo.
El ministro de Trabajo y congresista nacionalista, Fredy Otárola, indicó esta mañana que Sergio Tejada, quien renunció anoche a dicha agrupación, dejó el anonimato gracias al presidente Ollanta Humala.
Si el presidente Humala leyera (adecuadamente) las encuestas, se daría cuenta de que, a pesar del juego de “todo o nada” que ha planteado respecto a la ‘ley Pulpín’ (como bien señala el director de este diario, el sábado último), tiene salidas más decorosas. Si bien tal contumacia presidencial es a todas luces impopular (solo 8% de peruanos desearía dejarla como se promulgó), la consigna de las marchas juveniles alcanza un tercio a nivel nacional (31% considera que debería ser derogada). Ha pasado inadvertido que más de la mitad de encuestados (55%) está a favor de su modificación, un poco más en los sectores A (58%), D (57%) y E (56%) que en B (52%) y C (53%). ¿Hay acaso una salida intermedia?
Si algún mérito hay que reconocerle al presidente Ollanta Humala y a su línea dura en el gobierno, es que están logrando lo que nadie pudo desde la época de Alberto Fujimori: unir a todas las fuerzas de oposición –aunque estas todavía no la ven– y hacer que la calle empiece a percibir que el gobierno está cargando y contaminando innecesariamente el ambiente político.
Autor: Ricardo Monzón Kcomt. rmonzon@peru21.com
La bancada de Perú Posible confirmó que este lunes votará a favor de la derogatoria del régimen laboral juvenil, llamado la Ley Pulpín, en la legislatura extraordinaria convocada por el presidente Ollanta Humala el último viernes.
Será una jornada maratónica. La Junta de Portavoces del Parlamento acordó el sábado el mecanismo que se aplicará para el debate de los proyectos que plantean la derogatoria, modificación y suspensión de la polémica Ley del Empleo Juvenil, conocida como Ley Pulpín, el cual se llevará a cabo mañana, lunes, en el marco de una legislatura extraordinaria convocada por el presidente de la República.
El presidente Ollanta Humala ha convocado una asamblea extraordinaria para debatir la recientemente promulgada Ley de Empleo Juvenil. Esto, por supuesto, es el último recurso que le quedaba al oficialismo; teniendo presente que el 28 se reunía la Comisión Permanente (donde seguro se derogaba la norma) y se ha convocado una quinta marcha de protesta, el gobierno jugó la última carta: obligar al Parlamento entero a votar a favor o en contra.
Luego del anuncio del presidente Ollanta Humala, de convocar a una legislatura extraordinaria en el Pleno del Congreso para debatir la Ley Pulpín este lunes 26 de enero, el representante de la Coordinadora Juvenil #18D Trabajo Digno, Gabriel Salazar, dijo que ese mismo día a las 9 a.m. realizarán la quinta marcha contra el nuevo régimen laboral juvenil.
El congresista del PPC-APP Luis Galarreta criticó al presidente Ollanta Humala por convocar a una sesión extraordinaria este lunes 26 para debatir la Ley Pulpín, pues consideró que si lo hacía antes se hubiera podido evitar los enfrentamientos registrados durante las marchas contra la norma.
El presidente Ollanta Humala convocó a una legislatura extraordinaria para debatir, este lunes 26 de enero en el Pleno del Congreso, el nuevo régimen laboral juvenil, más conocido como la Ley Pulpín.
En uso de una prerrogativa constitucional, el presidente Ollanta Humala convocó a una legislatura extraordinaria para debatir, este lunes 26 de enero, en el Pleno del Congreso de la República el régimen laboral juvenil, más conocido como la Ley Pulpín.
Autor: Ricardo Monzón Kcomt. rmonzon@peru21.com
El ex presidente Alan García volvió a criticar al nuevo régimen laboral juvenil, más conocido como Ley Pulpín. En un reciente tuit, escribió que la norma “causa el rechazo de la juventud y el temor de los mayores”, por lo que “debe ser derogada cuanto antes para apagar un foco de tensión”.
A la fecha son ocho los proyectos de ley presentados por distintas bancadas parlamentarias que proponen la derogatoria, suspensión y/o modificación de la controvertida ‘Ley Pulpín’ (o Ley del Empleo Juvenil) y que serán debatidos por la Comisión Permanente el próximo miércoles 28.
Después de cuatro multitudinarias movilizaciones en Lima y en otras ciudades del país, la protesta contra la ‘ley Pulpín’ se ha convertido en la principal oposición social al gobierno. De hecho, algunos sectores de la oposición parlamentaria se han alineado para contraatacar a la iniciativa estatal. Incluso dentro del ‘partido’ de gobierno (disculpen la exageración) crecen las voces disidentes. Sin embargo, la protesta social –en términos orgánicos y de liderazgos– mantiene la medianía política. ¿Puede usted distinguir a un joven anti-‘Pulpín’ que, más allá de tener un rollo articulado, sea capaz de proyectar un liderazgo plural y aglutinar a diversos sectores políticos?
No es la solución. La directora de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para los países andinos, Carmen Moreno, consideró que el régimen laboral juvenil que se discute en nuestro país no resolverá la informalidad del sector empleo. Cabe recordar que esta ley ha motivado diversas reacciones y marchas de protesta en las que se pide su derogatoria.
Para ser justos, el Congreso y el Gobierno se equivocaron con la Ley del Empleo Juvenil; creyeron que aprobándola cerca de las fiestas de fin de año no les generaría ningún problema. Luego, aplicando la estrategia del “enfriamiento”, pensaron que la playa y las vacaciones harían que la presión disminuyera y las cosas vuelvan a su normal estado.
Frente a la posición de su colega de bancada Sergio Tejada contra el régimen laboral juvenil, el vocero del nacionalismo, Josué Gutiérrez, anunció este lunes que podrían apoyar modificaciones a la llamada ‘Ley Pulpín’, pero reiteró que no debe ser derogada.