Juan Sheput,Político de Perú Posible
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
“Antes de renunciar hay que agotar el entusiasmo. En Perú Posible hay muchas personas valiosas”, nos dice Juan Sheput, ex ministro de Trabajo durante el gobierno de Alejandro Toledo y militante de Perú Posible, quien se opone a la dirigencia de su partido en la actual crisis política que se vive por los escándalos de tres de sus congresistas.
¿Perú Posible vive una crisis ética?
Indiscutiblemente, pero no solo es ética, sino también política. Ética porque no se puede diferenciar la moral pública de la moral de las personas, y política porque las respuestas que los miembros de Perú Posible le están dando a la ciudadanía son verdaderamente reprobables.
¿Lo sucedido demuestra que los partidos caudillistas están en crisis?
Acá se mezcla el caudillismo político con el error de creer que los partidos políticos son clubes de amigos. En Perú Posible prima el criterio amical. Por eso se actúa sentimentalmente y el razonamiento no existe. León es amigo de Toledo y fundador del partido.
La Comisión Política de Perú Posible blindó a José León, pero su bancada le ha dado licencia. ¿Estamos ante un doble discurso?
Con estas situaciones hay que ser firme y frontal. El ‘licenciamiento’ es benévolo. En el caso de León se debería estudiar si corresponde la suspensión de su militancia o su separación del partido. En este momento lo segundo no procede porque se están investigando los hechos, pero, dado el escándalo que ha afectado la imagen del partido, la suspensión sí correspondía.
¿No será que, como Toledo tiene rabo de paja, no le queda sino proteger a León?
Es un juicio duro, pero que, lamentablemente, encuentra asidero en la realidad, porque no hemos sabido reaccionar ante los escándalos. Si, como solicité, Toledo hubiese dado un paso al costado cuando aparecieron las denuncias sobre Ecoteva, sin que esto significase acusarlo sino un acto de transparencia, otro sería el panorama, pero la dirigencia no lo aceptó. Lo mismo pasa hoy con José León… no sabemos actuar políticamente.
¿Le parecen verosímiles las explicaciones que ha dado José León sobre sus vínculos con gente ligada al narcotráfico, como el mexicano Rodrigo Torres y los Sánchez Paredes?
Para creer hay que exigir coherencia. Cuando uno dice la verdad a plazos o a cuentagotas, aparecen las suspicacias. Ante un problema así, hay que salir con la verdad. Si esto no pasa, hay que mantener distancia. El criterio se forma escuchando todas las versiones: la de José, la de la Policía, la de Lucía Villavicencio (la empleada del narcotraficante Rodrigo Torres, quien alquiló la casa de León por encargo de su jefe), la del periodismo, etcétera. Villavicencio ha declarado que León sabía perfectamente quién era el verdadero inquilino de la casa. Y como hay varias cosas que no han sido debidamente contestadas por León, debe ser suspendido, al menos temporalmente.
José León le alquila su casa a un narcotraficante, asiste a una reunión de implicados con el narcotráfico. ¿Está marcado por la ‘fatalidad’?
Son indicios que nos permiten inferir una conducta que merece ser investigada. A las personas se las mide por su trayectoria, y, cuando uno hace política y representa a la población, hay que ser muy cuidadosos con sus actos. León, además, ha sido testigo del matrimonio de una persona acusada, por Jaime Antezana, de estar vinculada con el narcotráfico. En temas de narcotráfico, tres indicios son demasiado, resultan contundentes. También debe investigarse a Edgar Raymundo, el nacionalista que es director de Migraciones, quien está pasando de-sapercibido, pero le entregó, en menos de 48 horas, los papeles necesarios para que Rodrigo Torres huya del país. Un trámite así dura 30 días, pero Raymundo lo sacó en dos días.
¿Cómo ve lo sucedido con Rennán Espinoza, el congresista de Perú Posible que hace campaña por su hijo, candidato en Puente Piedra?
Su situación es de abuso, no solo con el partido, sino con la sociedad. Espinoza tiene sus candidatos en todo Lima Norte, lo que demuestra que en Perú Posible no se premia la meritocracia, sino que hay ‘territorios’ que les pertenecen a caciques locales. Y todo esto pasa porque no tenemos una dirigencia objetiva. En Perú Posible hay caudillismo y cacicazgo.
¿Esta crisis dirigencial parte de la cabeza, de Toledo?
No, de la dirigencia. Toledo puede tener una posición, pero allí está la dirigencia para convencerlo de que las cosas no son como él las ve. Y esto hizo antes gente como Luis Solari, Carlos Ferrero o Carlos Bruce. Hoy, en cambio, hay una dirigencia que acepta todo lo que se le dice, que no hace control político interno. Por eso, en Perú Posible sobreviene el desmadre.
Daniel Mora también anda en problemas: se le acusa de recibir un terreno gratis en Naplo…
Él no ha cometido ningún ilícito. Repito, a las personas se las mide por su trayectoria, y la de Mora es correcta. Por eso, a él sí le creo.
¿No le parece sospechoso que el hijo de Mora tenga un terreno en el mismo lugar?
Eso no lo sabía, pero, si es así, debe ser aclarado con documentos. Mora tiene prestigio y espero que este no se manche. Espero que aclare esta situación.
AUTOFICHA
- “José León debe ser investigado, y también Edgar Raymundo, el nacionalista que es director de Migraciones, que está pasando desapercibido, pero le entregó, en menos de 48 horas, los papeles necesarios para que Rodrigo Torres, el narcotraficante mexicano, huya del país”.
- “La influencia de Rennán Espinoza en Perú Posible se explica por su capacidad para solventar económicamente campañas políticas. Nada más. Que el dinero sea determinante es parte de la enfermedad que padecen algunos partidos políticos”.
- “Los políticos deben ser ejemplo de transparencia. Son referentes para la opinión pública, y no tienen que molestarse si la prensa urde en sus transacciones, en su comportamiento. La colaboración debe ser su actitud ante cualquier investigación que se les haga”.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.