Según Ipsos, PPK tiene 26% de aprobación y 64% de desaprobación. Sea la que fuera su estrategia, parece que no ha funcionado como lo esperaba. Al menos si nos guiamos por cómo les fue a sus tres últimos predecesores, hasta Toledo (que obtuvo 27% al cierre de su primer año) le gana (García 51% y Humala 52%).
¿Se habrá deshecho PPK de sus “caviares”, como le aconsejaban algunos conservas naranjitos? Si fue así, parece que lo hizo demasiado tarde. ¿O será que quienes se quedaron a cargo no tienen ni calle ni olfato político? No es que los caviares puedan alardear de tenerlos, pero moderadamente los tienen y, en el peor de los casos, sus amigos sí.
El ruido de Odebrecht señalando a Keiko Fujimori y al Apra como receptores de dinero para campaña le juega a favor al gobierno. En esencia, El Niño costero y Lava Jato le han jugado a favor a PPK y no lo supo aprovechar… quizás porque no tenía cómo aprovecharlo. Incluso, la beligerancia obstruccionista y por ratos infantil de Fuerza Popular y sus voceros le ha servido al Ejecutivo de coartada, de excusa para explicar los resultados mediocres. Si las cosas no salen bien, no es por sus decisiones equivocadas, sino por alguna de esas razones o sus distintas combinaciones.
Si todo se mantiene más o menos como hasta ahora y en Fuerza Popular son inteligentes, dejarán en paz al gobierno para que se tropiece solito delante de toda la opinión pública. Además, según la encuesta de Ipsos, el 76% de los que están enterados de que Odebrecht mencionó a Keiko como destinataria de dinero para campaña (61%) cree que, en efecto, recibió ese dinero, y el mismo porcentaje (76% sobre el 61%) que debe ser investigada por ello.
Van a estar ocupados.
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