Miles de personas se reunirán hoy en Nueva York, en Washington y en Pensilvania para recordar el undécimo aniversario de los ataques del 11 de septiembre, pero en la principal zona de este sombrío día, el sur de Manhattan, este año se prescindirá de un aspecto clave en años pasados: las voces de los políticos.
En años anteriores, políticos como presidentes, gobernadores y alcaldes de la ciudad de Nueva York han participado en la lectura de los nombres, o han leído la Biblia o recitado pasajes literarios.
Este año, solo las familias de las más de 2,750 personas que murieron cuando secuestradores islamistas estrellaron dos aviones de pasajeros contra las Torres Gemelas, causando su colapso, aparecerán en el podio para leer los nombres.
Los políticos pueden acudir, pero según las normas establecidas en julio por el Museo Nacional del Recuerdo del 11 de septiembre, presidido por el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ninguno hablará. La secretario de Interior, Janet Napolitano, acudirá a la ceremonia de Nueva York este año. Esas restricciones no se extenderán a otros lugares de recuerdo.
A las puertas del Pentágono, en Washington, donde más de 180 personas murieron cuando un avión de pasajeros se precipitó contra el edificio, el secretario de Defensa, Leon Panetta, hablará en una ceremonia que quedará cerrada al público y a la que sólo acudirán las familias de las víctimas.
El vicepresidente Joe Biden pronunciará unas palabras en Shanksville, Pensilvania, donde 40 pasajeros de un avión de United murieron cuando el aparato se estrelló después de que los pasajeros se rebelaran contra los secuestradores.
NUEVAS VÍCTIMAS
Con motivo del undécimo aniversario de los atentados, el Gobierno dispuso que se reconozca como víctimas a miembros de los servicios de rescate y vecinos de Nueva York con determinados tipos de cáncer que puedan atribuirse al ataque contra el World Trade Center, según informó ayer el Departamento de Justicia.
El dinero destinado a esas víctimas procederá de un fondo creado el año pasado para personas aquejadas de distintas enfermedades, entre las cuales todavía no se había incluido el cáncer, por la dificultad de confirmar su relación con los atentados.
Sin embargo, a partir de ahora podrán acceder a las indemnizaciones aquellas personas que se vieron expuestas a sustancias tóxicas durante los ataques o trabajos de rescate y después sufrieron determinados tipos de cáncer.
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