EL CAIRO (AFP).– Los enfrentamientos entre partidarios del presidente islamista derrocado Mohamed Mursi, que se movilizaron masivamente, y las fuerzas del orden, autorizadas a disparar contra ellos, causaron ayer la muerte de al menos 80 personas en Egipto, con barrios enteros transformados en campos de batalla.
El gobierno egipcio instalado por el ejército aseguró que se enfrenta a “un complot terrorista malintencionado” de los Hermanos Musulmanes, para justificar la represión que ha causado más de 700 muertos en los últimos días, en su mayoría defensores del presidente islamista derrocado Mohamed Mursi.
Ante esta escalada, que hace temer que el país –bajo estado de emergencia desde el miércoles y donde impera un toque de queda nocturno en varias provincias– se hunda en el caos, los europeos estudian “la adopción de medidas”. Alemania dijo incluso que quiere revisar sus relaciones con El Cairo.
En la capital egipcia, patrullada masivamente por el ejército y por comités populares partidarios del gobierno, los seguidores de Mursi llamaron a cesar las manifestaciones, pero pidieron seguir diariamente con las protestas.
Pese al toque de queda nocturno, los canales locales mostraron incendios y enfrentamientos en varios puntos de la capital.
Ayer, los Hermanos Musulmanes se manifestaron en el denominado viernes de la ira para denunciar “la masacre” del miércoles que dejó más de 500 muertos y 3 mil heridos.
SABÍA QUE
- El conflicto entre los islamistas y la oposición a Mursi escaló dramáticamente el miércoles, cuando las fuerzas de seguridad desalojaron a la fuerza dos grandes campamentos de protesta en la capital.
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