Jefes de Estado y representantes de 132 países asistieron en la Plaza de San Pedro a la misa de inicio del pontificado del papa Francisco, y una vez culminado dicho acto saludaron personalmente al jefe de la Iglesia Católica.
La primera en hacerlo fue la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, en su segundo encuentro con su compatriota Jorge Mario Bergoglio.
El Papa, flanqueado por el secretario de Estado, Tarcisio Bertone, recibió luego a las autoridades de Italia así como a la mandataria de Brasil, Dilma Rousseff, quien aprovechó la ocasión para invitarlo formalmente a la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en julio próximo en Río de Janeiro.
EMOCIÓN Y BENDICIONES
Quien no pudo contener las lágrimas al saludar a Francisco fue el presidente de Ecuador, Rafael Correa. Acompañado por su madre, el mandatario conversó brevemente con el nuevo pontífice, quien a su vez besó a su progenitora.
Por su parte, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, y su esposa llegaron cargados de rosarios que hicieron bendecir al Papa, mientras que el mandatario de México, Enrique Peña Nieto, rompió la tradición del PRI y se convirtió en el primer militante de ese partido en ir a la misa de inauguración de un pontífice. Otros representantes que asistieron al besamanos fueron los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia, así como los miembros de la realeza de Holanda, Guillermo y Máxima.
En representación del Perú asistió el canciller Rafael Roncagliolo.
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