ROMA (AFP).– El papa Francisco, que ha multiplicado sus gestos de austeridad en dos semanas de pontificado, deberá dar una señal de renovación cuando anuncie los cambios en la polémica Curia Romana, el gobierno central de la Iglesia.
“La gran responsabilidad del nuevo Papa es devolverle a la Iglesia la credibilidad que estaba perdiendo”, opinó el sacerdote español Juan Rubio al referirse al escándalo por el denominado caso Vatileaks.
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