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"Este gobierno quiere perpetuarse en el poder"

“El señor Humala no tiene autoridad moral para hablar de la lucha contra la corrupción. Blindar a Alejandro Toledo lo descalifica para hablar de moralidad”, nos dice el político aprista Javier Velásquez Quesquén.

Créditos: Perú21.

Javier Velásquez Quesquén,Congresista
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

Javier Velásquez Quesquén es un parlamentario aprista y, durante el segundo gobierno de Alan García, llegó al cargo de primer ministro. En esta charla defiende la honestidad del aprismo… y de Alan García.

¿Todavía se siente un provinciano en Lima?
Soy un chiclayano que trabaja en Lima, pero vive en Chiclayo. Salvo alguna cuestión laboral, yo voy todas las semanas en Chiclayo.

Su familia es aprista…
Mi padre fue Secretario General del Apra en Eten, donde nací. Quizás él debió estar donde estoy yo, pues era muy inteligente, pero como fuimos 14 hermanos, se dedicó a trabajar, y sin dejar de ser aprista abandonó el activismo. El 18 de mayo de 1980, el día que perdimos las elecciones frente a Acción Popular, me inscribí en el partido. En la universidad me terminé involucrando con el Apra.

¿Conoció a Víctor Raúl?
Sí, en 1978, en el mitin de cierre de campaña para la Asamblea Constituyente. Le di la mano, pero nunca tuve el honor de tratar con él, como hoy lo hago con Alan García.

¿Quién es más importante para el Apra: Victor Raúl o Alan?
Son dos dimensiones distintas, pero del mismo valor.

¿En serio?
Toda la estructura organizativa, impregnada por una ideología que levantó como bandera la justicia social la construyó Víctor Raúl; lamentablemente, la incomprensión y el odio de muchos adversarios políticos impidieron que él fuese presidente. Y yo le doy valor a García porque supo interpretar el mensaje de Haya de la Torre, y gracias a su fina interpretación logró llevar dos veces al Apra al gobierno, y materializar allí muchas de las banderas de Haya de la Torre.

A nivel ideológico, ¿Alan está a la altura de Víctor Raúl?
No, no. Haya construyó una ideología, Alan la aplicó, pero él no tiene una propuesta ideológica alterna a la de Víctor Raúl.

Usted, como Mauricio Mulder, ¿cree que el segundo gobierno de García fue de izquierda?
Sin discrepara de Mauricio, ‘derecha’ o ‘izquierda’ son topografías que no merecen aplicarse. ¿Qué significan? Una persona de izquierda moderna se preocupa por los más pobres, y en nuestro gobierno bajamos la pobreza en 20 puntos. Alan es un hombre de la izquierda democrática, y se diferencia de los izquierdistas ideológicos porque estos solo viven de inflamar la protesta social mientras él soluciona los problemas de la gente.

¿Cuán pragmático es el Apra?
A la luz de la aplicación de la dialéctica hegeliana y del relativismo de Einstein, nuestra propuesta ideológica se diferenció del comunismo porque se adecuó a América Latina, que vivía un ‘espacio’ y un ‘tiempo histórico’ distinto al europeo, donde se construyó el comunismo. Si usted lee El antiimperialismo y el Apra y Treinta años de aprismo, verá que hay un proceso de adecuación de la ideología de Haya a los cambios que se operan en el mundo. Por eso, nuestra ideología es viviente…

Y cambiante…
Se tiene que adecuar, pero mantiene principios y valores fundamentales como la justicia social. Haya planteó que no hay que quitarle la riqueza a quien la tiene sino crearla para el que no la tiene.

Esto explica su alianza con Odría y, recientemente, sus simpatías con el fujimorismo…
Una cosa es la ideología y, otra, la propuesta programática. Nosotros nunca hemos renunciado a nuestra ideología, pero la acompañamos con una propuesta de gobierno. Durante la época de Odría mostró su grandeza al defender los intereses del país incluso ante quien lo prescribió. Y en el caso del fujimorismo, nosotros fuimos perseguidos por ellos, pero hoy nadie puede negar que el fujimorismo es un sentimiento social, sobre todo en los sectores más pobres. En nuestro segundo gobierno, no fueron nuestros aliados, solo defendieron el modelo que iniciaron en los 90. Y su afán colaboracionista no tuvo ningún tipo de prebenda.

¿Existe la escopeta de dos cañones?
No se ha querido entender que las cuestiones de Estado no las sometemos a discusiones de coyuntura. La carrera política de Haya está inspirada en el país: Cuando apoyamos a Odría o se hizo la Concertación Democrática en 1945 fue por una cuestión programática, no ideológica. Esto no es doble discurso, al contrario, es coherencia. Y también lo hacemos ahora. El señor Humala, a través de sus agentes en el Gobierno, quiere descalificar y sacar del camino a Alan García, pero si mañana plantean un proyecto para mejorar, por ejemplo, la educación, tenga por seguro que lo apoyaremos. Levantamos la bandera de la justicia social sobre la base de defender la iniciativa privada pero equilibrada con el interés social.

García terminó siendo amigo de los empresarios…
Más amigo de Alan es el pueblo, por eso ha sido dos veces presidente. Haya de la Torre mismo dijo cuál debería ser nuestra relación con el capital: dijo que había que promoverlo, darle condiciones para que invierta, más aún en nuestro país, donde de cada cinco soles invertidos, cuatro vienen del sector privado. En el Apra creemos que la mejor herramienta para acabar con la pobreza no son los programas sociales sino generar empleo.

Se vincula al Apra con la corrupción. Alan García dice que es parte de una campaña mediática. ¿Piensa lo mismo?
Así es. No hay gobierno e que no haya habido corrupción, y esto no es un consuelo, pero la corrupción en el mundo entero es endémica. En nuestros dos gobiernos puede haber habido actos de corrupción, pero cuando se trata de apristas los medios los sobredimensionan, a pesar de que el partido marcó distancia con algunos funcionarios que no estuvieron a la altura de las responsabilidades que se les delegó. Al Apra se le exige estándares de conducta más elevados que a cualquier otro…

Y está bien que así sea…
Así es, pero usted no verá a un alto dirigente del Apra enriquecido o que esté en los tribunales judiciales…

Sí los hay: el señor García, Agustín Mantilla, Rómulo León…
Usted ya condenó a García. A él se los investiga por haber comprado una casa de 800 mil dólares: 300 mil vienen de una inicial y el resto de una hipoteca. ¿Cómo que no puede explicar el origen de esta compra? Claro que lo ha hecho. Los ingresos que sustentan esta compara están debidamente justificados. Rómulo León no fue un dirigente importante del Apra…

Fue ministro de García…
Pero no fue dirigente importante del Apra…

¿Y el señor Mantilla?
Es cierto, pero una golondrina no hace el verano. El señor Chinguel es militante y está en problemas y tendrá que responder, pero tampoco decimos que confiamos en todas las personas de nuestra organización, que tiene 400 mil afiliados, y siempre habrá uno por allí que peque o que cometa una pillería.

El Apra no se mancha, entonces…
Pero sí se afecta. Tampoco lo puedo negar; con un hecho así hay enorme confusión en la militancia. En el caso de los indultos, nosotros los hemos reprobado y hemos saludado que el Ministerio Público tome cartas en el asunto.

Un informe de IDL demuestra las contribuciones que el señor Chinguel hizo a la campaña para parlamentario andino de Luis Nava, secretario de la presidencia durante el segundo gobierno de García…
Ya hablé con el señor Nava; nadie niega que el señor Chinguel fue uno de sus operadores de campaña, pero ese dinero proviene de una actividad en un colegio y no de él. Nosotros no nos oponemos a que se investigue, pero no condenemos. El señor Chinguel no ha sido todavía condenado.

Se dice que Alan García no estaba preocupado por el tema de la compra de su casa porque podía demostrar de dónde venían sus ingresos, pero parece que los ‘narcoindultos’ sí lo han asustado…
El presidente nunca se asusta, siempre he admirado la firmeza con la que enfrenta los problemas con los que se encuentra. Él no está temeroso sino mortificado porque algún funcionario de cuarto o quinto nivel ha cometido hechos que generan preocupación y escándalo, como este señor Chinguel. Que este se reúna con un delincuente en un hotel, que vaya a la primera comunión de su hijo, que le permita ingresar al ministerio, todo esto nos ha indignado.

García habló bien de él ante la megacomisión…
Y habla bien de todos sus funcionarios en tanto no le demuestren lo contrario. Pero Chinguel no era del entorno del señor García, ni yo me considero parte de su entorno.

¿Y el señor Pastor?
Así como Aurelio Pastor, muchos ciudadanos fueron convocados a ser ministros, cumplieron sus funciones y se fueron, pero eso no significa que sean del entorno del presidente García, quien, además, no se casa con nadie.

¿Confía en la probidad del señor Pastor como ministro de Justicia?
Yo confío en que investigue y que se determine toda responsabilidad: nadie puede meter la mano al fuego por nadie. Dejemos que el Ministerio Público haga su trabajo.

¿Alguna figura del Apra se inmolará para que esto no llegue hasta García? Ya tenemos el caso del señor Mantilla.
Para que cierto sector de la prensa –interesado en desprestigiar al partido y evitar que García pueda continuar con su carrera política– esté contenta, ¿hay que aceptar que ya hay responsabilidad en él? Esa hipótesis es perversa y jalada de los pelos por nuestros enemigos políticos.

¿Todo entonces se reduce al temor a una tercera presidencia de García?
Evidentemente. El Gobierno está utilizando a sus agentes del Congreso; la comisión Tejada ya condenó a Alan. Es evidente que sus acciones van dirigidas a inhabilitarlo. En el supuesto negado de que algún funcionario le haya cobrado a algún delincuente para que promueva su solicitud de conmutación de pena, esto solo hecho ya es suficiente para que la megacomisión intente involucrar a García. Con este criterio, el señor Humala sería responsable de lo que pasó en Qali Warma.

¿Para quién está trabajando el Gobierno si ni la señora Heredia ni el señor Humala pueden ser candidatos en 2016?
El gobierno tiene una vocación por perpetuarse en el poder. Cómo puede hablar del comportamiento de los políticos tradicionales si su gobierno hizo lo que nadie para evitar que se investigue a su aliado secuestrado, el señor Toledo. Este gobierno para lo único que tiene dinero es para costear los gastos de la señora Heredia.

No cree, entonces, que no se presentarán en 2016…
Que van a intentarlo, estoy seguro. Con la toma de tres sillones en el Tribunal Constitucional no me sorprendería que en dos años tienten permanecer en el poder, bajo qué mecanismo, no lo sé. Si sí que el obstáculo más importante que tienen es Alan García. ¿Quién puso en la agenda el tema de la ‘reelección conyugal’? García. Y después de tres meses, y con su caída de 20 puntos en las encuestas, se vieron obligados a decir “ya no va”, pero estoy seguro que buscarán otro mecanismo para quedarse en el poder.

¿Este gobierno es corrupto?
Por supuesto. Allí está el tema de las donaciones, de Qali Warma, que es una vergüenza. Ahora, yo no creo que el presidente Humala esté involucrado en esto…

¿Siente que es ‘chuponeado’?
No me cabe la menor duda, y no solos soy chuponeado, también soy objeto de reglaje, pero estamos curados del susto y no nos iremos del país y daremos cuenta de nuestros actos, y sabemos que estamos frente a un gobierno que se ha visto forzado a aceptar no solo el modelo de crecimiento económico sino las reglas de la democracia, en las que poco creen. El soporte del desarrollo del gobierno se basa no solo en chuponear y seguir a sus adversarios, sino en darle una connotación militar a su gestión.

¿Vamos hacia un régimen chavista?
No, pero no por la generosidad del señor Humala sino porque los peruanos hemos hecho un esfuerzo por encarrilar al país por el crecimiento económico con estabilidad fiscal y desarrollo social, y esto hace muy difícil que un presidente pueda cambiar las circunstancias para las que fue elegido. Por eso, el señor Humala se vio forzado a seguir la ‘Hoja de ruta’.

¿García será presidente en 2016?
Lo dirá el país.

AUTOFICHA

- La corrupción de los 90 fue tan grande que no se puede comparar con la del gobierno de Toledo y con la del nuestro: las compras del terremoto en Pisco, por ejemplo.

- Facundo Chinguel no era del entorno del presidente Alan García. Ni yo, que fui su primer ministro, me considero parte de su entorno.

- Gracias a su fina interpretación de Haya, García logró llevar dos veces al Apra al gobierno y materializar allí muchas de las banderas de Víctor Raúl Haya de la Torre.


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