El primer mensaje es que quedó demostrado que la institución democrática de la revocatoria debe respetarse y no fue un apocalipsis como muchos dijeron. Sin embargo, puede modificarse.
El segundo mensaje del proceso del domingo es que la alcaldesa Villarán queda muy mal parada. Sus regidores se irían y, encima, no podría tener regidores de Fuerza Social (en las elecciones complementarias) porque ese partido no existe en el JNE. Quedaría en la nada. Además, Eduardo Zegarra y Marisa Glave, que serían revocados, según las cifras preliminares, no podrán postular porque la ley se los prohíbe.
Otro punto es que este romance, esta luna de miel entre Fuerza Social, el PPC y Perú Posible durará unos meses más, hasta las elecciones complementarias, porque ellos querrán presentar su lista de regidores. Entonces el escenario que se presenta es bastante interesante.
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