Luego de deshojar margaritas durante casi tres meses, el Consejo Directivo del Congreso ratificó su acuerdo de incrementar al 100% su asignación por función congresal que, en buen cristiano, no es otra cosa que un aumento en sus remuneraciones. Como lo informó Perú21 en setiembre, la propuesta inicial fue exonerar el bono de gastos operativos del pago del impuesto a la renta para, luego, elevar el monto a no menos de S/.12,000. La denuncia de este diario, sin embargo, frustró su proyecto. A inicios de este mes, los ‘padres (o ‘padrastros’) de la patria’ cerraron filas y acordaron dar luz verde al cuestionado aumento, a sabiendas de la batahola que eso desataría. Curiosamente, en todas las sesiones en las que se discutió el tema, los más afanosos en que se duplicaran los gastos de representación fueron los mismos que hoy se rasgan las vestiduras y renuncian al emolumento para quedar bien con la opinión pública. Uno de ellos, como informamos, fue Yehude Simon, quien en sesión secreta dijo que sí, pero ahora asegura que no. Otro que defendió con pasión la propuesta pro bolsillo –según nuestras fuentes– fue el pastor Julio Rosas. Sí, el mismo que esta semana pidió que se reconsiderara la medida y que, “en un gesto de desprendimiento”, desistió del beneficio. Y a él, se sabe, se sumaron los apristas Mauricio Mulder y Javier Velásquez, los fujimoristas Alejandro Aguinaga y Julio Gagó y los oficialistas Jaime Delgado y Josué Gutiérrez que, a diferencia de Rosas y Simon, han ‘honrado’ el compromiso asumido en el consejo de no petardear el aumento. Mientras, ante la ola de críticas, el titular del Legislativo ha optado por no contestar las llamadas de sus colegas, pero ha ratificado, entre sus allegados, su decisión de defender a rajatabla el aumento. Una tarea en la que, una vez más, su bancada lo ha dejado solo.
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