En el mundo de los vinos suele haber muchos malentendidos. Las generalizaciones son arbitrarias y la falaz simplificación se impone sobre el conocimiento. Y si entramos al mundo de los vinos espumosos, la confusión linda con la ignorancia.
[ACTUALIZACIÓN 07/12 18:00] Esta cata de panetones de supermercado se realizó en diciembre del año pasado, sin embargo Perú21 decidió publicarla nuevamente en marco de estas fiestas navideñas.
Vivimos en una ciudad que celebra la Navidad en pleno verano, con temperaturas que llegan a los 30 grados. Y en medio de ese calor, tomamos chocolate caliente en la noche que celebramos el nacimiento de Jesús. Tradición, le llaman algunos; costumbre, le dicen otros. Ya sabemos que ambas son más fuertes que la razón.
No hay placer más grande que el primer sorbo de una cerveza fría. Los ‘cheleros’ lo sabemos. Pero como no nos queríamos quedar solo en el “salud” y el empirismo, decidimos conocer más sobre esta bebida deliciosa, la más consumida en el mundo.
Llegó el Día del Padre y es hora de celebrar. Y a nosotros nos gusta celebrar bebiendo… y a nuestro padre, también.
Los peruanos transmitimos nuestro afecto a través de un plato de comida. Esa es nuestra manera de demostrar cariño, respeto y consideración. Por eso, casi siempre estamos comiendo, celebrando.
Empezó el frío y, con él, la temporada de sancochado. Sí, es verdad, el invierno es un castigo al que el dios de la cocina le dio un paliativo, el sancochado.
Poco a poco, el Perú se está convirtiendo en un país pizzero. Difícilmente llegaremos a los niveles de consumo de Estados Unidos, pero el aumento de pizzerías en la ciudad y el crecimiento de las cadenas que las preparan, y su expansión en provincias, son una prueba de que cada se come más pizza en nuestro país.
Perú es el paraíso de las papas. Aquí nació, acá fue domesticada y, luego, se expandió por el mundo causando una de las más importantes revoluciones culinarias de la historia.
¿Quién no palió su hambre con una latita de atún y, al hacerlo, alucinaba que estaba comiendo el potaje más delicioso del mundo? En esa lista, hay muchos.
Por nuestro paladar, los peruanos parecemos italianos… o chinos. Nos gustan tanto los fideos que ya los hemos encumbrado a la categoría de plato nacional porque, reconozcámoslo, ¿sí o no que pocos platos tan añorables (y adorables) como unos muy jugosos tallarines con pollo o unos tallarines verdes?
Nuestras primeras y peores borracheras están asociadas con el ron. Éramos adolescentes y nuestra capacidad económica era exigua. Pero queríamos sentirnos adultos y para eso había que emborracharse y beber… lo que sea.
Algunos de mis episodios favoritos de El Chavo del Ocho son aquellos donde se habla de la bendita “torta de jamón”, esa que Kiko comía por montones y el muy pobre Chavo no podía ni oler.
Pocos alimentos están tan vinculados con el amor como el chocolate. Hasta la ciencia dice que es afrodisiaco. Basta con probar un bocado para convencerse de sus poderes de seducción.
¡Quién no adora o añora una buena salchipapa!, ¡hasta los veganos! Es que niñez carnívora hemos tenido (casi) todos. Uno de los platos preferidos de los peruanos es la salchipapa, combinación mágica entre papas fritas, láminas de hot dog –por ahí un huevo frito– y las salsas que el comensal prefiera.
Qué maravilloso destilado es el pisco : noble, frutado, elegante y con carácter. Conquista por su presencia y –aunque suene contradictorio– por su delicadeza y su bronca personalidad: es un caballero que se luce en el salón más aristocrático y en el barrio más popular.
Dicen que engorda, que no es el alimento ideal para estos tiempos en los que las dietas y los cuerpos falsamente apolíneos se imponen, pero es innegable que un chorizo a la parrilla es uno de los bocados más deliciosos que existe.
Nuestros padres y abuelos siempre quisieron darnos lo mejor, en la vida, en la mesa. En nuestras casas, cuando aún se cocinaba todo era fresco, rico, porque la comida era preparada con los mejores ingredientes y las más rigurosas recetas.
Una de las experiencias más placenteras de la vida es despertar por la mañana y sacarse la modorra del sueño con una buena taza de café. Conocidas son las cualidades ‘energizantes’ de esta bebida bendita que se consume en muchísimas culturas y que –gracias a los dioses– también se cultiva, con magníficos resultados, en el Perú.
Que los peruanos somos ‘gaseoseros’ es innegable. Allí están las altísimas cifras de nuestro consumo diario, aunque también es verdad que, en estas lides, los mexicanos y estadounidenses son imbatibles.
Decidimos confiar en Sedapal y creer que el agua que lleva hasta nuestras casas es sana y debidamente potabilizada. Sin embargo, quisimos saber –si como lo dictan las normas– esta no tiene color, olor y sabor.
Antes de empezar nuestra severa cata profesional de La Moradita –la nueva gaseosa de Inca Kola– le preguntamos a la sommelier Caterina Capurro, ex directora del Instituto del Vino y del Pisco de la Universidad San Martín, si a ella le gustaban las gaseosas.