Nuestras primeras y peores borracheras están asociadas con el ron. Éramos adolescentes y nuestra capacidad económica era exigua. Pero queríamos sentirnos adultos y para eso había que emborracharse y beber… lo que sea.
Pero las resacas eran terribles. En el caso de las bebidas alcohólicas lo más barato es, por lo general, lo que más daño hace; por eso, beber barato y en exceso es condenarse irreparablemente a un feo despertar.
Y nuestras primeras resacas están vinculadas con el ron. Por ello, cuando crecimos y pudimos pagar más por lo bebido, nos alejamos de este destilado porque lo considerábamos nocivo.
Craso error: como en casi todas las bebidas –piscos, vodkas, vinos, wiskis–, las hay buenas y malas, excelsas y deleznables. Y sí, muchas veces, pero no siempre, uno bebe lo que paga.
¿CÓMO DEBE SER UN BUEN RON?
Por eso, para quitarnos los prejuicios y averiguar si los rones de menos de S/.30 que se venden en el Perú son de buena calidad, buscamos a Melina Bertocchi, periodista venezolana especialista en vinos y destilados.
Melina es una experta en estas lides, pues hasta su tesis de grado la dedicó al ron. Ella, obviamente, prefiere los rones complejos, añejos, muy añejos. Esta vez debió sumergirse en el mundo de lo masivo, porque los rones de menos de S/.30, por precio y fácil acceso, son los que más se venden en bodegas y supermercados.
Primero le preguntamos a nuestra catadora qué es un ron. Aquí su explicación: “El ron es un destilado de caña de azúcar. Se elabora en muchos países, de cuatro continentes, y puede provenir de la miel de la caña (son más ligeros y más dulces) o de la melaza (más complejos, con más cuerpo). Esta diferente materia prima les otorga distintas características, pero los hay buenos en ambos terrenos”.
El ron es un destilado. Es decir, la materia prima pasa por un proceso de “extracción de alcoholes”, que —en el caso del ron—, se realiza en columnas de destilación continua, que es lo más común, o en alambiques de cobre. Este segundo proceso es más costoso, pero produce alcoholes más complejos.
Hay compañías de ron que usan ambos procesos de destilación y muchos de sus rones son una mezcla de los alcoholes producidos en columnas y alambiques.
El alcohol producido en la destilación es blanco: el cuerpo, carácter y color de los rones rubios se produce en el añejamiento, es decir, en el tiempo que estos alcoholes pasan en barricas que antes tuvieron a otras bebidas como jerez, porto, bourbon, etcétera. Mientras más tiempo pasa un ron en una barrica más complejo será.
Hay países que exigen que el añejamiento mínimo en barricas sea de seis meses, Venezuela, nos explica Bertocchi, exige dos años.
“¿Y cómo debe ser un buena ron?”, le preguntamos a Melina: “Equilibrado, hay que encontrar una correspondencia entre vista, aromas y sabor. Los rones rubios deben ser dorados, con notas a miel y caramelo. En nariz deben ser dulces, con especias y mostrar las notas tostadas de la barrica, que van hacia la vainilla, el café y el chocolate. En boca, un buen ron debe tener cierta astringencia, pero también manifestar su dulzor, con el alcohol presente pero no desbordado: un buen ron, como un buen galán, debe ser persistente”.
¿SON BUENOS LOS RONES DE MENOS DE 30 SOLES?
Dicho esto, pasamos a la cata de rones. Elegimos seis, todos de menos de S/.30. Los buscamos de diferentes orígenes: Havana Club, de Cuba; Medellín, de Colombia; Appleton, de Jamaica; Bacardi, que según la etiqueta se elabora en México, y Cartavio y Pomalca, del Perú.
Por su precio, casi todos tienen tres años de añejamiento, pero el Havana Club consigna en su etiqueta que puede contener rones de hasta cinco años de barrica. La cata fue a ciegas, es decir, Bertocchi no sabía qué ron estaba evaluando. Estos son los resultados.
- El ron mejor calificado fue Cartavio 3 Años, que es producido en el norte del Perú. Según Melina, “en vista es limpio, brillante. En nariz muestra un equilibrio interesante y se hacen presentes las notas a miel y especias. El alcohol es equilibrado y en boca es meloso, con un tostado ligero y un dulzor agradable. Es bueno, yo lo bebería hasta solo o lo acompañaría con un chocolate bitter”. Por todo ello le dio 7 puntos.
- En segundo lugar, para orgullo de los fabricantes peruanos de ron, quedó Pomalca 3 Años, que en vista también resultó limpio y brillante. “En nariz presenta miel, azúcar rubia, vainilla y caramelo. En boca se muestran las especias, la barrica se hace presente y el alcohol está pero no agrede. Por eso, le pongo 6 puntos”.
- En tercer lugar quedó Bacardi Gold, que presentó un color dorado ligero, limpio y brillante, pero fue en nariz y en boca donde mostró sus defectos: “Tiene poco equilibrio, el alcohol salta. Hay poca presencia de caña de azúcar y, por eso, resulta poco expresivo”. Melina lo calificó con 5 puntos.
- En cuarto lugar hubo un empate entre los rones Appleton y Havana Club, ambos con 4 puntos. Si bien en vista no presentaron defectos, el Appleton resultó “meloso, con un dulzor ligero y especias presentes, pero nada más; es inexpresivo”, y el Havana Club “plano, con tostado ligero, con una miel apenas presente y una intensidad media que también lo hace inexpresivo”.
- El peor calificado fue el Ron Medellín 3 Años. Este ron presentó una fuerte presencia de alcohol. “No se siente la miel, hay notas a combustión, el dulzor se va hacia el amargo y la barrica está pero no le ha dado complejidad. Siendo generosa, le doy 3 puntos”, fue la categórica evaluación de Bertocchi.
Para terminar, y sacarnos nuestro prejuicio adolescente y para demostrarnos que el ron va más allá del cuba libre, Melina nos preparó un ron tonic, una deliciosa y simple mezcla de ron, agua tónica, hielo y unos toques de naranja (o cítricos). Ilústrese viendo este video y atrévase a realizar su propia cata ronera.
Por Gonzalo Pajares Cruzado
gpajares@peru21.com
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