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¿De qué están hechos los "chocolates" para taza?

Probamos cinco marcas que ofrecen los supermercados y nos llevamos una sorpresa: ninguno tenía sabor a verdadero chocolate.

Probamos cinco marcas de chocolate para taza. (Perú21)

Vivimos en una ciudad que celebra la Navidad en pleno verano, con temperaturas que llegan a los 30 grados. Y en medio de ese calor, tomamos chocolate caliente en la noche que celebramos el nacimiento de Jesús. Tradición, le llaman algunos; costumbre, le dicen otros. Ya sabemos que ambas son más fuertes que la razón.

La cena navideña suele ser opípara, generosa, ¿saludable? Casi todos decimos que el despertar del 25 de diciembre –después de la farra navideña– suele ser terrible y le atribuimos nuestros males al exceso de comida y de bebida, de pavo y de lechón, de panetón y espumante. ¿Y el chocolate caliente?

¿ES CHOCOLATE LO QUE TOMAMOS?
Decidimos catar los llamados chocolates para taza, aquellos que se venden en tiendas y supermercados, y con los que preparan su “chocolate caliente navideño” la mayoría de los peruanos. Compramos las marcas:

  • Cusco Real
  • Sol del Cusco
  • Herbi. Chocotaza
  • Tableta Sabor Chocolate de Tottus
  • El Tigre

Fuimos a Xocolatl , tienda de Giovanna Maggiolo, una de nuestras mayores expertas en cacao. Con ella preparamos un típico chocolate caliente: los disolvimos en agua, agregamos azúcar y leche. Todas las muestras fueron elaboradas de la misma forma para evitar distorsiones.

Uno de los aspectos que llamó nuestra atención fue que ninguno de los chocolates para taza que elegimos se presentaba en su etiqueta como “chocolate”. En todas las envolturas decía “con sabor a chocolate”, pero no “hecho de cacao o chocolate”.

Además, la lista de ingredientes de todas las marcas empezaba con azúcar. Luego iba la grasa vegetal, los colorantes y otros. Pero nunca cacao, al menos no en su estado natural.

Por norma, todos los productos industriales deben enumerar sus ingredientes de mayor a menor; es decir, figura primero aquel ingrediente utilizado en más cantidad. En todas las muestras estuvo primero el azúcar. Ya sabemos que esta no es precisamente saludable.

Por eso, Maggiolo nunca llamó “chocolate” a las bebidas que preparamos, las catalogó más bien como “productos que se venden como chocolate para taza”.

Aunque sus fabricantes hayan tomado la precaución –nosotros diríamos criollada– de no llamar “chocolate” a sus productos, sabemos que la mayoría de consumidores los compramos como si fueran cacao puro y no azúcar saborizada.

¿Y CUÁL FUE EL RESULTADO?
El primero que probamos fue Cusco Real. Según Maggiolo “tenía aroma a esencia de canela y clavo, pero sin presencia de producto real”; es decir, todo en él era artificial. Ya convertido en ‘chocolate’ caliente, creó una espuma encima, espuma que tomó un color marrón, pero que desaparecía al ser revuelta.

Además, la textura de la bebida era débil, ligera, terrosa y sabía a azúcar. Como sabemos, un buen chocolate caliente debe tener cuerpo, estructura, ser espeso. Si es terroso, grumoso y ligero, es defectuoso. O simplemente no es chocolate.

Luego probamos Sol del Cusco, uno de los más consumidos en el mercado local. Nuestra experta catadora no sintió aroma a nada. También creó una espuma de color marrón que desaparecía al agitarse.

En boca –según Maggiolo– estuvo mejor que Cusco Real, pero mantenía el defecto de la textura terrosa y grumosa. Su conclusión fue categórica: “Sabe a azúcar, no tiene ningún aroma a chocolate”.

Luego catamos Herbi Chocotaza, que volvió a mostrar una ausencia total de aroma. “Presenta notas de canela y clavo. Tiene grasa, no tiene siquiera el color del chocolate. Me ha parecido menos desagradable (que los otros), pero sabe a grasa, sabe a grasa”, repitió Giovanna Maggiolo con un ligero gesto de desagrado.

Sobre Tableta Sabor Chocolate de Tottus, nos dijo: “No tiene una mala textura, no es terroso como los tres primeros; pero no sabe a nada”. A El Tigre, Maggiolo le encontró también textura terrosa, “y presenta un pequeño aroma a chocolate. Algo de cacao en polvo debe tener entre sus ingredientes”.

CONCLUSIONES
La cata de estos chocolates para taza no fue muy agradable: solo hace falta ver el rostro de Maggiolo al probar algunos de ellos para comprobarlo. Por eso –y como esta experiencias tienen un fin pedagógico– le pedimos a Giovanna que nos preparase un auténtico chocolate caliente.

Las proporciones de agua, leche y azúcar para la elaboración fueron exactamente las mismas que para los productos industriales. Ya servida la taza, las diferencias entre los ‘chocolates’ comunes (o saborizados) y un chocolate de verdad –en este caso un Macao de San Martín– fueron abismales.

En textura, por ejemplo, un verdadero chocolate es espeso, cremoso y aunque suene redundante, huele a cacao. “El chocolate que preparo en Xocolatl presenta aromas a frutas, a frutos rojos, que es algo típico de la región de San Martín, de donde proviene”, nos dice Giovanna.

“Antes de comprar un chocolate leamos los ingredientes. Consumamos productos de calidad, pues estos son los que nos hacen bien. Al final, resulta mejor comprar 100 gramos de un chocolate de verdad que uno de estos productos industriales”, explicó.

¿Y qué buenos chocolates para taza se consiguen fácilmente? Macao es uno de ellos. Orquídea también tiene un buen cacao en pasta; e Ibérica, la marca arequipeña de chocolates, también tiene opciones aceptables. En la cuadra 27 de Aviación, en la tienda Chugur’s, también hay un decente cacao cajamarquino.

Por Gonzalo Pajares Cruzado

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