Un exjefe militar de alto rango, preso en una cárcel castrense, exhortó a los venezolanos a restablecer el orden constitucional tras considerar que se ha violado la carta magna al tiempo que la cabeza del comando estratégico de la fuerza armada ratificó ayer que los militares respaldan la decisión del máximo tribunal de postergar la juramentación del presidente Hugo Chávez.
El general en retiro del Ejército y exministro de Defensa Raúl Baduel, una influyente figura en el sector castrense, se sumó al llamado de sectores de la oposición a rechazar la acción del oficialismo y su tesis de la continuidad del gobierno de Chávez, quien desde hace un mes permanece en Cuba donde convalece de una operación por el cáncer que padece.
Baduel expresó en una misiva difundida ayer que el oficialismo perpetró un “nuevo golpe de Estado constitucional” con la postergación de la toma de posesión de Chávez.
“Elevo mi voz de repudio y de alerta al país… Ante este nuevo golpe de estado constitucional perpetrado por el gobierno y la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional ‘legitimado’ posteriormente por una fraudulenta interpretación de la Carta Magna por parte de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia y con abyecta sumisión y complicidad del resto de los poderes y autoridades del régimen”, señaló el ex jefe militar.
El Tribunal Supremo de Justicia decidió a mediados de semana que la juramentación de Chávez, prevista para el 10 de enero según lo establece la constitución, podía postergarse en razón al permiso indefinido que le otorgó el Congreso por sus complicaciones de salud y que el actual gobierno, que encabeza el vicepresidente Nicolás Maduro, seguiría en funciones.
“Estamos ante el desarrollo de acontecimientos que cercenan el hilo constitucional”, sostuvo Baduel y expresó, apoyado en un artículo de la Constitución, que “todo ciudadano investido o ciudadana investida de autoridad tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia”.
El exgeneral, quien lideró el movimiento militar que permitió el regreso de Chávez al gobierno tras el fallido golpe de abril de 2002, le recordó a las fuerzas armadas que deben estar “al servicio de los supremos intereses y cometidos de la Nación y en ningún caso de persona o parcialidad política alguna”.
También pidió a los gobiernos miembros de la OEA, UNASUR y Mercosur “no convalidar el golpe de Estado constitucional que se ha puesto en marcha en Venezuela”.
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