Al cabo de más de un año de idas y venidas, y de una convivencia política matizada por altibajos y desencuentros, queda claro que el ‘servinacuy’, pacto, alianza, o como ellos quieran llamarle, entre Gana Perú y Perú Posible –léase Ollanta Humala y Alejandro Toledo– no es más que uno de esos matrimonios arreglados por conveniencia.
Tanto en la ‘chakana’ como en el oficialismo, el descontento es creciente. Fuentes acreditadas aseguran que entre las huestes de Perú Posible, con ocasión del fugaz paso por Lima de su líder, se ha analizado nuevamente la continuidad de la alianza pues ven con preocupación y malestar el incumplimiento de algunos acuerdos de la sociedad. Uno de ellos es, sin duda, la elección del defensor del Pueblo, en la que Toledo ha intentado, sin ningún sonrojo y amenaza de por medio, imponerle su candidato a Humala. Y cuánto será lo que sabe que un medroso Jaime Delgado ha dicho a sus allegados, siempre a media voz, que su grupo respetará la posición de la mayoría –o sea, la postulación de Walter Gutiérrez–, pero después de que el sano y sagrado abandone el país.
Tema aparte es la ojeriza que Eliane Karp le dispensa a Nadine Heredia, y que ha encontrado en el lanzamiento de su canal en YouTube el pretexto perfecto para salir del clóset.
Un encono que, señalan algunos, no solo reposaría en la eventual rivalidad electoral que dentro de cuatro años enfrentaría a Toledo y a Heredia, sino también en el celo que ha generado en la ‘coya’ el carisma de doña Nadine que, de llegar a sortear los escollos legales para su postulación a la Presidencia, no solo tendrá que competir con Toledo sino también, y sobre todo, con su esposa…
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