Bárbara Cayo,Actriz
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
Ha vuelto a la televisión gracias a Rafaela, el personaje que interpreta en Al fondo hay sitio (de L a V, 8 p.m., en América TV). Ah, Bárbara Cayo también anuncia retorno a la música.
¿Cómo ha sido tu vida?
Tuve una niñez muy linda, una adolescencia maravillosa, un matrimonio amable y un crecimiento tumultuoso. Conforme fueron pasando los años las cosas se me fueron complicando, pero son las pruebas que uno tiene que superar para, luego, ser una mejor persona.
¿La vida se te complicó por tus decisiones o porque el mundo es cruel?
Uno siempre es responsable de las decisiones que toma. Uno se complica la vida dándose o no cuenta. Yo me la compliqué sin darme cuenta (ríe). Pero si tuviese una segunda oportunidad, todo lo haría igual. Estoy feliz conmigo, no me cambio por nadie. Lo que soy, yo lo he construido, y aquí me tienes vivita y coleando.
Tuviste cáncer…
Lamentablemente. Tuve un tumor maligno que estaba encapsulado y me lo sacaron en bloque. Tuve mucha suerte porque no fue a mayores. Tengo una placa de titanio en la frente. La asimetría de mi rostro cambió: antes era muy fotogénica, ahora ya no; antes me encantaban las fotos, ahora ya no. Pero es algo que tengo que aceptar.
¿Te deprimiste?
Tapé todos los espejos de la casa y, en dos años, no me miré en uno. Pero hice visualizaciones y todo regresó a su lugar. Quisieron que vaya a un psicólogo, pero no entiendo su rollo. Yo soluciono mis problemas sola, pero converso mucho con mi abuela, quien es sabia, y abre mis horizontes: es mi psicóloga.
¿Te gusta lo que hoy ves en el espejo?
Sí. Nunca he sido vanidosa… aunque mis compañeros de Al fondo hay sitio no piensen igual. Cada vez que veo un espejo me arreglo el pelo y ellos dicen: “¡Qué vanidosa!”.
¿Estás contenta con tu carrera?
Ahora paso por un momento muy simpático. Estoy en Al fondo hay sitio, que es la serie más vista en el Perú, y hago un personaje, Rafaela, muy querido. Esto me gusta, además siento el cariño de la gente en la calle: fue por ella que Rafaela volvió a la serie. Además, he vuelto a hacer música. Es un proyecto de música electrónica. Pueden oírme en www.audiosweet.com. Dejé la música por dedicarme a ser madre: primero fui madre; luego, artista.
¿Sientes que le caes bien a la gente?
¿Tú qué crees? (ríe). Yo creo que sí, pero no me gusta que se metan en mi vida privada… y muchos periodistas prácticamente querían meterse en mi casa. Yo recuerdo que si íbamos a una tienda del Jockey con mi hermana Fiorella tenían que cerrarla. Recuerdo que, cuando estaba en Torbellino, no podía salir a la bodega; si viajábamos no podía salir del hotel. Imagino que, en aquella época, habré defendido mi privacidad con uñas y dientes, y quizás le caí mal a muchos. Hay que tener un carácter especial para lidiar con todo esto.
¿Prefieres este momento y no el de aquellos días?
Sí. Quizás por eso no fui la figura mundial que quise ser, sobre todo en la música. Me encantaba que todos coreasen mis canciones, que las bailasen. Lo viví y era algo alucinante.
Stephanie, tu hermana, está haciendo lo que a ti te hubiera gustado hacer…
Ella tuvo mucha suerte. Cuando me operaron, justo ella tenía que irse a Nueva York a estudiar. Yo le dije: “Aunque me muera, tú te vas… y lo haces mejor de lo que yo hubiera podido hacerlo. Y lo vas a hacer por ti y por tu familia”. Gracias a lo que Fiorella y yo vivimos, ella no pasó por lo mismo. Supo manejarse mejor en este mundo ‘diferente’. Además, tiene mucho talento: canta, baila, actúa.
Es la que menos problemas ha tenido…
Donde vive, no hay la prensa que acá tenemos. Acá tiramos al artista nacional al piso en lugar de levantarlo. Allá los mismos artistas se ayudan, se levantan el autoestima, algo que aquí no he visto. Por eso, a Stephanie la sacamos del país. Además, en cuanto a producciones no estamos a la altura de Colombia, de México. Ella, como sea, estará en Hollywood. Ella no se muere por llegar, pero nosotras sí (ríe).
¿Necesitas estar acompañada, sentirte querida?
La vida me ha enseñado a manejarme sola. Puedo estar sin pareja y sentirme tranquila. Además, hay que tener suerte para encontrar una persona que te acompañe. No me desespero por estar con alguien, hasta me da miedo. Sin embargo, se siente lindo estar con alguien; encontrar a quien se preocupe por ti, que sea tu apoyo, tu amigo, tu amante, tu compañero. Por eso, no hay persona que diga “estoy feliz sola y sola me quiero quedar”. Quien lo dice, miente.
En el amor, ¿te has equivocado más de lo que has acertado?
(Piensa). He acertado más, pero no he sabido conservar mis ‘aciertos’.
AUTOFICHA
- Al fondo hay sitio funciona porque hay mucha compenetración entre los actores. Una vez al mes nos reunimos y decimos lo que no nos gusta, limamos toda aspereza.
- Efraín Aguilar, el productor de la serie, me encanta. Es muy ejecutivo y muy simpático, precisamente porque es directo y te dice las cosas en la cara.
- Mi carrera como cantante pudo despegar pero no se dio porque tenía familia. Fui madre muy joven: a los 22 años. Hoy mis hijos tienen 16, 14 y 3 años. Soy mamá gallina.
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