ROMA (EFE).– Banderas de países de todo el mundo, pancartas de mensajes de apoyo, así como la emoción y respeto, colmaron la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, durante el último Ángelus del papa Benedicto XVI.
Al mediodía la ventana del apartamento papal se abrió y por ella se asomó el saliente pontífice para bendecir a los asistentes y proceder con el rezo dominical, lo que desencadenó una enorme ovación que el pontífice interrumpió con un sencillo “gracias”.
“El Señor me ha llamado a subir al monte (Tabor) para dedicarme aún más a la oración y a la meditación, lo que haré de un modo más adecuado a mi edad y fuerzas. No abandono la Iglesia”, fueron las frases que pronunció el Papa y que lograron emocionar a los asistentes.
Las palabras del máximo líder del catolicismo fueron seguidas con gran atención por el público que, consciente de la importancia de la ceremonia, no dudó en grabarla con teléfonos móviles.
ÚLTIMOS DÍAS
El Papa tendrá este miércoles su última audiencia general también en la Plaza de San Pedro. Un día después dejará su cargo y partirá en helicóptero hacia el palacio de Castelgandolfo, donde hará efectiva su renuncia al papado.
Según fuentes religiosas, perderá la sotana blanca aunque conservará el título de “Su Santidad Benedicto XVI”, su anillo será destruido y dejará de ser infalible, el don que la Iglesia reserva solo a los Papas en el campo de los dogmas.
TENGA EN CUENTA
- Según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, la cantidad de gente que se congregó ayer hizo recordar a la que se apostó en 2005 antes de la muerte del papa Juan Pablo II.
- La prensa italiana sostiene que Benedicto XVI renunció al no poder enfrentar las intrigas al interior de la Santa Sede.
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