BARCELONA.– Alguna vez tenía que pasar. Que las portadas del día siguiente fueran la figura del portugués vanidoso, dueño de una clase única. Que las portadas del día siguiente encogieran a Lionel Messi al tamaño de una ‘Pulga’. Alguna vez tenía que pasar. Y pasó. Real Madrid goleó 3-1 y esta en la final de la Copa del Rey.
El Madrid superó la tormenta de los dos primeros minutos, cuando Iniesta remató desviado a los 33 segundos y Messi estuvo cerca de marcar. Pero despertó el Real. Xabi Alonso se hizo dueño de la volante, Varane estuvo presto en la zaga, Coentrao desapareció a Pedro y más de uno metió miedo a Messi.
Arriba, Cristiano Ronaldo marcaba la diferencia. Como a los 13’, cuando bailó a Piqué, que le cometió penal. El mismo ‘CR7’ abrió la cuenta. Luego asustó a los 22’ desde lejos, mientras el local tenía la mirada perdida. Xavi no era el guía, y solo un tiro libre de Messi (39’) pudo igualar.
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En el complemento, el Madrid no cambió de libreto. Coentrao se encontró una chance a los 49’, pero controló el golero Pinto. Barcelona no recordaba quién era. Quizás por eso Fábregas erró a los 51’. En la siguiente, el Madrid no falló. A los 57’, Di María se escapó, ‘jubiló’ a Puyol y el rebote de su disparo lo convirtió en gol ‘CR7’.
Dos a cero, estadio casi mudo y el cuatro veces ganador del Balón de Oro rindiéndose ante el luso. Cada contra suya era una venganza para él y un remezón para el ‘Barza’. A los 67’, Varane le sacó medio metro a Piqué en el salto y, de cabeza, selló la goleada que celebraron Mourinho y todo el Madrid. Cristiano casi aumenta a los 83’, y Jordi Alba descontó a los 88’.
La portada de hoy es ‘CR7’, el amigo de los espejos. El jugador de talla mundial quien ayer demostró que es mejor tener de oro el corazón y el carácter y no un balón.
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