DAMASCO (AFP).– El presidente sirio, Bashar Al Assad, excluyó, una vez más, dejar el poder y fustigó el apoyo británico a los insurgentes en un conflicto que estalló hace casi dos años y que ha cobrado la vida de unas 700 mil personas.
En una entrevista que publicó The Sunday Times, Assad descartó ceder el poder pero se dijo dispuesto a dialogar con los opositores si estos aceptan dejar las armas, en momentos en que la ONU se dijo dispuesta a “facilitar un diálogo” entre el gobierno y la oposición siria.
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