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Dos son los principales problemas que surgen con nuestros perros en Navidad: las graves emergencias por indigestión y el enorme susto (que llega al pavor) que en ellos produce el estruendo ocasionado por los artefactos pirotécnicos.
El primer caso se presenta debido a que muchas personas suelen darles las sobras de la cena de Noche Buena. Gran error. Esta comida tiene alto contenido de grasa y de condimentos, los que origina serios malestares estomacales, tal como lo advierte la médica veterinaria Melisa Grisolle en su blog ‘Estación veterinaria’
En cuanto a la alimentación, otro serio peligro lo representan los huesos, sobre todo los del pollo, que tienen pequeñas astillas y que se pueden incrustar en los intestinos y en la tráquea.
Con respecto a los pirotécnicos, Grisolle aconseja dejar al animalito en un lugar aislado, dentro de la casa, con algún juguete o con su cama, para que se sienta seguro. También es bueno colocarle un plato con abundante agua. No es recomendable atarlo con su correa ya que, dada su desesperación, podría ahorcarse.
Otra posibilidad es suministrarle un calmante para mantenerlo tranquilo. Pero, en este caso, se sugiere que el fármaco sea recetado por un especialista, quien debe indicar la dosis adecuada. De lo contrario, se podría poner en serio riesgo la vida de nuestra mascota.
TENGA EN CUENTA
- La sensibilidad auditiva de los perros es cinco veces mayor que la de los humanos. Por eso, las explosiones pueden causarles serios problemas.
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