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“Se confunde consenso por repartija”

Levanta la voz. Pese a pedir que se respeten los acuerdos en el Congreso, no deja de expresar sus cuestionamientos por las ‘cuotas’.

(USI)
(USI)

Lourdes Flores Nano, Lideresa del PPC
Autor: Carlos Castillo Cordero
ccastillo@peru21.com

Su experiencia legislativa la convierte en voz autorizada para hablar sobre las negociaciones parlamentarias para el TC. Lourdes Flores evalúa, también, los dos años de gobierno de Ollanta Humala.

¿Cuál es el balance que puede hacer de los primeros dos años del gobierno del presidente Humala?
Hay cosas positivas, pero hay otras que se dejaron de hacer, y el balance general nos da un resultado de regular. Lo positivo es que, ante una duda inicial enorme, se dio el viraje hacia el buen manejo de la economía en el primer año, pero en el segundo año parece que no se ha consolidado y hay cierta retracción. Beca 18 es interesante, pero no estoy tan convencida de Qali Warma. Saludo que el presidente quiera estar cerca de la población, pero no vemos el gobierno al que se comprometió; es decir, un país seguro con un Estado eficiente. Se observa un gobierno con poca iniciativa y poco liderazgo. No hay reformas, y no me refiero a las transformaciones que se proponían inicialmente.

La expectativa de los empresarios en el Gobierno está en 51%, el más bajo nivel en lo que va de este régimen. ¿Cree que ello debe preocupar?
Claro, lo que está pasando es que quien ha estado en el Perú con una inversión hecha continúa en ella; pero, por los malos mensajes de los últimos dos o tres meses, no hay voluntad de nuevas inversiones y mucha gente dice: “Mejor espero”. Debemos reflexionar porque, en medio de la crisis mundial, el Perú era visto como una estrella; pero, como la señal de los últimos meses no ha sido buena, esa estrella está camino a apagarse. Gracias a Dios, no hay una gran crisis en el país, pero las luces comienzan a apagarse.

¿Qué medidas concretas propondría usted?
Primero, dar señales concretas, porque no basta con no dar malas noticias. Lo que tiene que hacer el presidente es asumir su compromiso de liderazgo con objetivos como la inseguridad, donde hay un problema serio porque él generó expectativas por su formación militar. En segundo lugar, no puede haber ninguna sensación de duda o retroceso en la continuidad económica. No puede estar zigzagueando como en el caso Repsol, que solo afectó su credibilidad. Tercero, tiene que demostrar que el Estado puede ser eficiente

¿Podríamos estar mejor?
Sí, claro, pero se han dado señales de desilusión y desconfianza. Seguimos siendo una buena estrella, pero hemos perdido viada. Estamos estáticos, como esperando a ver qué pasa, y creo que eso no es bueno. Al presidente le gusta demostrar que corre, que sube y baja cerros, pero en realidad no se ve a ese Estado, que él lidera, ni activo ni atlético. El presidente dice: “No quiero un Estado panzón, sino dinámico”, pero eso no se observa.

Como académica, ¿qué nota le pondría al presidente? Según Datum, el Gobierno tiene 11 de promedio…
Yo lo apruebo pero, efectivamente, la nota es bien regular. Le pongo 11 o 12. Creo que lo único que pasamos fue el susto (la Gran Transformación), pero hace dos meses volvimos a tenerlo (con el caso Repsol) y no estamos satisfechos. No sentimos que el Gobierno tenga un horizonte definido y claro. Da la impresión de que solo tenemos al militar que reacciona frente a la emergencia. Nos cuesta identificar qué cosas está haciendo este gobierno en cuanto a proyectos y obras. Creo que ahí sí hay un problema de comunicación. No tenemos a un presidente que asuma un liderazgo, que marque el camino, que ponga la agenda política…

El efecto de su esposa, Nadine Heredia, si bien lo ayudó en la campaña electoral, ¿cree que se ha convertido en algo negativo para el Gobierno?
Pienso que ha sido saludable haber negado la candidatura porque estaba convirtiéndose en un factor negativo. El tema de la reelección conyugal, que hábilmente metió Alan García, se estaba convirtiendo en un problema del cual no sabían cómo salir. Peor aún, estaban generando una enorme desconfianza y una sensación de pérdida absoluta de credibilidad. En ese caso, lo que hay que controlar es el buen uso de los recursos públicos. Creo en lo que se ha dicho por ahí: que se restituya la oficina de la primera dama con recursos y que sea fiscalizada.

¿Cree que el tema está zanjado? ¿Más adelante no nos sorprenderán?
La pregunta refleja la desconfianza que sentimos, y eso es muy malo para el Gobierno. Yo prefiero creer en su palabra, que ya no seguirán en ese proyecto reeleccionista y que las expectativas de la señora se postergarán para después. Hoy, eso le hace daño, y tienen que liberarse de ese problema.

¿No cree que con la elección de candidatos al TC se le da un cheque en blanco al Gobierno? Con tres ‘oficialistas’ anularían cualquier demanda de inconstitucionalidad, como lo advirtió Perú21. Controlan el Congreso y, ahora, el TC…
Cuando la Constitución exige 2/3 de los votos para tomar una decisión, es para generar consensos que permitan que todos estemos satisfechos. Pero, cuando los 87 votos se convierten en una suma de cuotas, hay una repartija. Creo que se ha tergiversado la búsqueda de consensos. El resultado de ese acuerdo político no es positivo porque se ha confundido consenso con repartija. Pero estoy entre quienes dicen “ha habido un acuerdo”, y soy partidaria de que se cumpla. No estoy conforme, me parece que es malo. Pero, tomada la decisión, no pueden estar desconociendo el acuerdo. Lo que cuestiono es que no se entienda que la necesidad de conseguir 87 votos es un mecanismo para generar consensos y no repartija.

¿Hay que aceptar la repartija?
Voy a contestar la pregunta: designadas las personas, vamos a tener que evaluarlas en su acción. Convengo con lo que sostiene el presidente del TC, a quien cada día veo más certero en la defensa de su fuero, en que, una vez elegidos los nuevos magistrados, tienen que olvidarse de quiénes los eligieron. Lo que no se puede permitir es que actúen en función de sus intereses partidarios. Yo parto de darles el beneficio de la duda.

Y, en el caso de Pilar Freitas para la Defensoría del Pueblo, ¿no cree que está descalificada con nueve denuncias?
Yo no sé qué pasará en ese caso. Es la situación más controvertida, pero fue producto de un acuerdo y se le dio la cuota de poder a Perú Posible en esta repartija. Yo no estoy entre quienes cuestionan a la doctora Freitas, porque la conozco. El asunto es que todo este mecanismo termina en nombramientos cuestionados porque hay una falla de origen de no entender qué es una votación calificada, y ese vicio es de los últimos Parlamentos.

¿Cree que la bancada de Alianza Por el Gran Cambio ya no debería integrar la Mesa Directiva del Congreso?
Siempre he considerado que hay que escuchar la voz de los parlamentarios. En general, me confieso muy cercana a la posición de que, en el sentido de la pregunta, se ha pronunciado Javier Bedoya, porque yo siempre he sido antioficialista. Sin embargo, pienso que Juan Carlos Eguren lo ha hecho bien sin identificarse con la línea del Gobierno. Prefiero dejar el tema a los parlamentarios. Yo no haré ninguna cuestión de Estado. No es un drama.

¿Cree que al país le conviene una mesa de oposición para hacer el balance al Ejecutivo?
Sería ideal que halláramos un consenso, incluso con el propio Gobierno, para una figura fuera del oficialismo. Mire el ejemplo de Ántero Flores-Aráoz, que fue un excelente presidente del Parlamento en el gobierno de Toledo. Si me consultaran, y hay una buena lista de oposición que pueda ganar, la apoyaría sin dudas.

Usted ha señalado que la posibilidad de volver a postular a la Presidencia no está cerrada. ¿Será el 2016 su año?
El 2016 de ninguna manera. En ese proceso y en las lides municipales, voy a acompañar con mucho entusiasmo a los candidatos del PPC.

¿Le seduce la idea de ser presidenta en el bicentenario?
Voy a tener la oportunidad una vez más. Si Dios me lo permite, me gustaría aprender de los errores, y tendría mucho más madurez. Me gustaría intentarlo. La ilusión está presente.

Entonces, Lourdes 2021…
El 2021 podría ser. De repente compito con Nadine (Heredia).

Para terminar, ¿cree que la alcaldesa Villarán no captó el mensaje de la revocatoria?
Le confieso que hace algunos días me invitó a almorzar y me enseñó el plan que tiene, pero es bueno que recuerde que debe hacer los cambios que le pidió la población. Ahora parece que quiere ir a la reelección, pero competirá con el PPC.

CONSENSOS DEL 90

- ¿Hubo repartija en los 90? “Quiero marcar distancia, y es bueno que se recuerde. Vivíamos los momentos más duros del fujimorismo, con instituciones copadas. Con la mayoría parlamentaria absoluta intentaron imponer al exministro Antonioli en el TC. Yo califiqué eso como un chantaje. Nos decían: ‘O pasa Antonioli o no pasa nadie’, y no pasó nadie ni nada. Entonces, con habilidad, Carlos Torres y Torres Lara generó consenso. El fujimorismo obtuvo dos cartas: García Marcelo y Acosta; la oposición logró cinco magistrados de gran prestigio. Lo mismo ocurrió con el primer defensor, el doctor Santistevan. Yo me siento muy satisfecha porque logramos consenso a pesar de que éramos una pequeñísima oposición”.

FRASES

- Papel de la oposición: “Hay que estar muy alerta para reaccionar frente a intentos del Gobierno por desviarse del camino, como lo hizo al evaluarse la compra de activos de Repsol o cuando se apoyó a Venezuela”.

- El fujimorismo: “Ha madurado democráticamente. Le dijeron ‘No’ al indulto y lo asumió con madurez”.


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