BARCELONA.– Simple lógica. El Barcelona sin Lionel Messi, con un Camp Nou que no es una caldera, sin chances de gol y perdiendo balones divididos. Simple lógica: imposible. Bayern Munich lo goleó 3-0 y estará en Wembley ante el Borussia Dortmund. Por eso, la final de la Champions se comentará en alemán.
Bayern salió a jugar con la ventaja del 4-0 de la ida y teniendo como aliados la solidez y la fuerza. Con Van Buyten en la zaga, sin Pizarro en lista y con dos ‘tanques’ de marca: Martínez y Schweinsteiger y un Robben letal. En el Barza, Messi nunca salió de la banca y hubo línea de tres en el fondo, pero jamás una clara chance de descontar.
A diferencia del Real Madrid, que en 15 minutos devoró al Dortmund, Bayern mandó desde el inicio con las descolgadas de Lahm que, a los 7’ y 18’, pudo abrir la cuenta de no ser por Piqué. A los 12’ hubo otra chance de Robben que salvó el defensa. Solo Pedro (23’) y Xavi (26’) demostraron que los ‘culés’ creían en el milagro.
HORA DE LA VENGANZA
El sueño del Barcelona se acabó a los 48’, cuando Robben encaró por derecha, eludió a Adriano y cambió a su perfil zurdo para un remate colocado. Punto final. Vilanova ya no quiso luchar y, por eso, sacó a Xavi e Iniesta y ni siquiera pensó en mandar a Messi.
Pero Bayern quería más. Centro de Ribéry a los 72’ y Piqué la mandó al fondo. A los 75’, Ribéry apareció para desbordar a Alves y meter el centro que Müller convirtió en el tercero. Era la venganza por el 4-0 del 2009. Era estampar su sello con siete goles en dos duelos, era gritar que es invencible por ahora, porque Barcelona no tuvo cómo vencerlo.
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