Lourdes Flores Nano, excandidata presidencial
Gonzalo Pajares
gpajares@peru21.com
Aunque dice que está alejada de la política activa, Lourdes Flores no escapa de la coyuntura. Por eso la buscamos… y no se quedó callada.
¿Nunca quiso portarse mal?
Soy correcta por convicción. Mi formación fue de hija única, pero con mucha libertad; estudié en un colegio religioso, pero sin cucufatería. Soy una persona que procura seguir una línea coherente, porque en ella me siento bien. Tampoco soy una santurrona, algunas licencias me he dado. Yo hice las travesuras y locuras que una adolescente suele hacer (ríe). Hace poco me reuní con mis amigas del colegio y ellas recordaban que yo no soplaba en los exámenes, pero que mi generosidad se expresaba escribiendo muy grande y muy claro, y así ellas podían copiarme (risas).
En el amor, ¿son más las veces que dijo ‘no’?
Sería pretencioso de mi parte decir que siempre fui cortejada, pero he sabido decir que ‘no’… y que ‘sí’ (risas). Mis relaciones siempre fueron muy cortas, intensas y efímeras, porque todas las tuve de muy joven.
¿Le faltó desarrollar este aspecto de su vida?
Sí, lo descuidé. Quizás porque me fui enamorando de otras cosas. A mis 53 años miro hacia atrás y me digo que debí darle al amor un espacio mayor en mi vida. Hoy, le confieso, me resultaría difícil imaginarme en una relación de pareja. Pero, como soy una mujer apasionada, también puedo cambiar de opinión sin problema (ríe).
¿La política le gusta per se o porque es un medio para tener poder?
Todo político aspira al poder, y el poder seduce. El poder es la capacidad de decisión que uno tiene para hacer cosas positivas. Esto trae una adrenalina especial. Hoy, que se cuestiona tanto a Nadine Heredia, yo veo que esta mujer joven ha encontrado una actividad que le produce placer, satisfacción. A mí, el poder me da ilusión, y me gustaría alcanzarlo porque siento que sería la culminación de un esfuerzo de vida.
¿La presencia de Nadine en el Gobierno le hace bien a la democracia?
(Piensa). A la democracia le hace bien que el presidente tenga una familia sólida, una buena esposa. A la democracia peruana le hace bien que haya una primera dama tan seriamente comprometida en los temas sociales. A la democracia le hace bien que ella sea joven, inteligente y magnífica comunicadora. A la democracia no le hace bien que la primera dama sea más omnipresente que el gobernante. A la democracia no le hace bien la sensación de que hay un cogobierno, que ella ordena más que el propio presidente en temas de gestión pública.
¿Qué se quieran cambiar las reglas para que ella sea candidata en 2016 le haría bien a la democracia?
La ley que le impide candidatear la dio el fujimorismo y estaba dirigida a Susana Higuchi. Este impedimento no es muy constitucional. Ahora, yo no creo que la esposa del presidente deba ser candidata.
¿Por qué?
Es evidente que el proyecto político ha sido construido por los dos. Entonces, permitir su candidatura sería como hacerle trampa a la democracia, que exige relevo, alternancia. Con mayor razón si la esposa ha sido parte del poder.
Ha sido muy dura con el gobierno de Humala…
En la democracia son importantes las voces disidentes. Si yo estuviera en el gobierno, me gustaría recibir críticas. Dicho esto, ¿qué hubiera significado un gobierno del PPC conmigo a la cabeza? Tener un pensamiento coherente transformado en acción. En esto me diferencio del presidente Humala, quien tuvo el coraje de cambiar algunas de sus ideas, pero no tiene un pensamiento, unas ideas articuladas. Segundo, me hubiera resultado más fácil armar un equipo tecnocrático y de gestión, entre gente del PPC e invitados. Humala se desprendió de su base e improvisó un equipo de trabajo. Ahora, yo coincido con lo señalado por Luis Bedoya: Ollanta Humala es un hombre de buena voluntad y sincero en su propósito, pero cortoplacista, sin visión de estadista.
Isaac Humala la ha propuesto como premier…
Le agradezco sus palabras porque, además, las sentí muy sinceras. Además, Isaac Humala sí entendió mi mensaje: Humala fue elegido porque prometió un mejor Estado; no más grande, pero sí mejor. Una economía social de mercado, como la que promueve el PPC, requiere un estado poderoso pero no elefantiásico.
¿Por qué se opone a la revocatoria de Villarán?
Mi rechazo a la revocatoria no es un tema a favor de la señora Villarán, sino de principios. Cuando en el CCD el fujimorismo planteó incluir los derechos de democracia directa –revocatoria, referéndum, iniciativa legislativa–, yo me opuse porque nuestro país necesita crear instituciones y asentar autoridades. A las autoridades hay que juzgarlas cuando acaben su mandato. Además, hay que crear ciudadanos responsables de sus votos. Curiosamente, el fujimorismo y la izquierda estaban juntos en esto. Recuerdo que nos llamaron conservadores, retrógrados. Por eso, a la izquierda le digo “toma de tu propia medicina, compadre; si tanto insististe en ponerla, aprende a vivir con ella (risas)”.
¿Cree que Villarán está haciendo un buen trabajo?
Tiene que mejorar muchísimo. Ha hecho bien al tomar dos papas calientes: reordenar el transporte y el comercio mayorista de alimentos. Como estos temas son difíciles y necesitan mucho coraje, hay que acompañar a la alcaldesa en el éxito de esta tarea porque nos convienen a todos.
¿Qué ha hecho mal?
El primer año perdió mucho tiempo en veleidades, en poner arena en La Herradura, en organizar asambleas, en reuniones inconducentes. Le tomó tiempo aprender su función. Nosotros somos muy críticos y no aprobamos su gestión ni con 11. Hoy la acompañamos en estos dos temas difíciles, pero el balance de su gestión no es bueno. Ha comenzado a orientarse hacia temas duros y, si sigue en este camino, sin duda le pondremos una mejor nota.
¿En verdad quiso ser alcaldesa de Lima?
No era mi principal aspiración, por eso fue una candidatura abrupta e improvisada, pero lo hice porque sentía que cumplía con una responsabilidad.
Perdió por 33 mil votos. ¿Cuántos le quitó el famoso ‘potoaudio’?
Claramente esos (risas). Ese fue el momento crucial en la campaña. Y aquella frase pasará a ser parte de nuestra ciencia política porque expresa el sentimiento íntimo que un candidato puede tener.
Ha dicho que en el caso de Fujimori habría que aplicar el arresto domiciliario…
Pero nadie me ha dado bola. En materia antiterrorista siempre vi como positivo el cambio que se dio. Por eso, cuando sucedió lo de La Cantuta y Barrios Altos, trabajé para que se conociese toda la verdad pues me parecieron crímenes horrendos que pusieron en evidencia el accionar del grupo Colina. Además, siempre creí que estos dos casos eran una excepción de una nueva política del Estado. Por eso, cuando el caso fue juzgado y se le atribuyó a Alberto Fujimori la autoría mediata, me sentí satisfecha con la sentencia, a la que considero absolutamente justa: Fujimori está bien juzgado y sentenciado.
Entonces, que cumpla su condena y siga en la cárcel.
Dicho esto, soy humana y, si hay una situación grave, la legislación debe ser flexible y tener soluciones. El indulto implica un perdón, pero, por la gravedad de los hechos, el Perú debe transmitir el mensaje de la sanción y no del perdón. Entonces, yo me digo: ¿hay algún mecanismo que pueda resolver el problema de la persona enferma sin dar la sensación de perdonar la falta cometida? ¿Por qué no pensar en una solución justa, intermedia, humana, como el arresto domiciliario? Fujimori hizo cosas muy buenas, pero, lamentablemente, convivió con la corrupción y la violación de los derechos humanos. Yo creo, con sinceridad, que las cosas buenas que hizo con una mano las borró con la otra.
¿Será candidata en 2016?
Paso…
¿En 2021?
Mi vocación política se mantiene tal cual. ¿Me gustaría tener poder? Sí. ¿Cuándo? No lo sé. ¿Cree que ahora que me dedico a mí, a estudiar, a pasarla bien, que voy a estar pensando en el 2021? En esto estoy como Humala: pensando solo en el corto plazo (risas).
TENGA EN CUENTA
- Lourdes Flores no descarta reunirse con Jaime Bayly, a quien le preguntaría por qué la atacó, por qué mostró tanta beligerancia.
- También dice que, en la campaña, Villarán supo mostrarse como una “tía regia” que “fumaba sus porros y compraba Ayudín”.
FRASES
- “La mujer ha adquirido un lugar importante en la política peruana y es inexorable que alcancemos las primeras posiciones. Que una mujer sea presidenta no sorprendería a nadie, y la ciudadanía lo asumiría con naturalidad. Esto es señal de madurez”.
- “Ser presidenta es una ilusión que está pendiente y que no he cancelado… así como no he cancelado el amor”.
- “Me hubiera gustado ser madre y, por eso, entiendo que para parte del electorado este fue un factor difícil de comprender y de sortear, y que, al final, eso lo habría llevado a no votar por mí”.
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