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"Lo antinatural es el celibato, reprimirse..."

“No le voy a imponer mis ideas a los opositores, pero ellos no deben tampoco imponer su sociedad o familia ideal a los demás”, comenta el corredactor del proyecto de ley sobre la unión civil, presentado por Carlos Bruce.

(Foto: David Vexelman/Video: Perú21)

Frente a una sociedad que rechaza mayoritariamente la unión civil pero –de forma contradictoria– acepta los derechos que la iniciativa busca reconocer en las parejas del mismo sexo, Helmut Kessel nos explica los motivos por los cuales debe aprobarse el proyecto de ley en el Congreso.

¿Cómo nace el proyecto de la unión civil?
Carlos Bruce presentó la propuesta de ley de crímenes de odio, pero no tuvo la acogida que esperábamos. Vimos que había un sentimiento de indignación de parte de las lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) y de todos los que creen en la igualdad, entonces dijimos: este es el momento.

¿Cómo afecta la unión civil a la institución del matrimonio? Se dice que va contra la Constitución.
Absolutamente en nada. Es un argumento reciclado, usado para asustar a la población. Una sociedad se fortalece con los lazos que los individuos forman entre sí. La Iglesia, que siempre ha incentivado las parejas formales, debería aplaudirles en vez de socavar los intentos que hacen por formalizarse.

Sin embargo, se busca evitar la unión civil.
Es incongruente. Existe un sector de la población que vive con derechos disminuidos. ¿Cómo puedes justificar eso? Me parece vil que la Conferencia Episcopal diga que la unión civil atenta contra la sana orientación de los niños. No me parece un argumento digno de un debate alturado, no tiene fundamento y es peligroso porque incita el odio hacia los homosexuales.

Han salido proyectos alternativos al de la unión civil, como los de Martha Chávez y Julio Rosas.
Son inferiores en lo que se refiere a derechos civiles. El nuestro va más lejos. El de Martha Chávez te da prácticamente los mismos derechos y deberes, pero no cambia el parentesco ni el estado civil. O sea, no reconoce que esa pareja es una familia.

Pero ella dice que su proyecto es más inclusivo.
Lo que pasa es que nuestro proyecto es para parejas del mismo sexo, el de ella está abierto a otro tipo de relaciones. Pero al no reconocer el parentesco de la pareja no está siendo inclusivo, porque a los heterosexuales sí se les considera familia, a los homosexuales no. Por lo tanto, seguirán siendo considerados inferiores y no veo nada inclusivo en eso.

Entonces, la unión civil va más allá de los derechos de herencia. Busca que el Estado reconozca que no hay parejas de segunda clase.
La pareja homosexual se ama igual que la heterosexual, no es superior o inferior. Por eso deben tener los mismos derechos. Esa es la diferencia.

Chávez dijo que nuestra sociedad nunca estará lista para la unión civil.
La sociedad tampoco estaba preparada cuando le dieron el voto a la mujer. No tenemos que esperar que la sociedad esté preparada para reconocer derechos fundamentales. Los derechos de la minoría no dependen de la opinión de la mayoría. Hay una gran diferencia entre democracia y tiranía de la mayoría, y uno de los mecanismos que tiene la democracia es evitar eso.

Lo que trae a colación la propuesta del cardenal Juan Luis Cipriani de someter este tema a una consulta popular.
El referéndum tiene ese error. Lo que las minorías buscan es que el Estado las proteja, no que los lancen a los leones. ¿Pondría él a referéndum los beneficios que le da el Estado a la Iglesia Católica? Abriría una caja de pandora que sería incontrolable.

Se dice también que la unión civil atenta contra el “orden natural”. ¿Cómo se define entonces lo “natural”?
Soy partidario de respetar el orden natural. La naturaleza crea homosexuales todos los días. Lo antinatural es el celibato, reprimirse, no aceptar la orientación sexual que la naturaleza te ha dado. Respetemos la naturaleza de cada persona, respetemos que los homosexuales tienen otra forma de enamorarse.

¿A estas alturas se puede racionalizar el debate?
Nunca vas a convencer a todos y no es necesario, porque este es un asunto de derechos civiles. La gente necesita más información sobre sexualidad para entender esto. Hay que entender que ser gay no es algo que uno elige.

Sin embargo, el congresista Rosas defendió la llamada “reorientación sexual”.
La reorientación sexual no existe, lo que existe es la represión. No hay evidencia que alguien haya cambiado bajo estos programas aberrantes, que son dañinos para la salud, afectan la autoestima y hacen que la persona se odie a sí misma.

Si bien hay un sector que se opone, hay otro dando su visto bueno. ¿Es optimista?
Al final, todo depende de los congresistas. Lo que quisiera pedirles es que no voten basados en el prejuicio ni en una ideología religiosa. Este es un Estado secular que tiene que legislar basado en la evidencia, en la razón, la lógica y en los derechos de las personas.

AUTOFICHA

- Soy presidente de la Sociedad Secular y Humanista del Perú y contribuí en el proyecto la unión civil. Estudié ciencias políticas en London School of Economics.

- Trabajé en un proyecto de la oficina de Tony Blair, que ayuda a que las distintas religiones del mundo y los no creyentes se unan.

- Nunca esperamos el apoyo que la unión civil ha tenido en los medios. Ni siquiera el 30% de apoyo que salió en una encuesta hace unos meses.

Autor: Jessica Alva Piedra
jalva@peru21.com
@jeka_alva


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