22.NOV Viernes, 2024
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Opinión

Un profesor norteamericano señaló con precisión que actualmente no existen mecanismos que permitan combatir a gobiernos delincuenciales, como el de Maduro, sin transgredir las normas internacionales de no injerencia.

Es cierto. No hay. ¿Y…? ¿Y nada? O sea, finalmente la comunidad internacional se da cuenta de que el régimen venezolano fue de hampones con Chávez y es de hampones con Maduro y, como no hay mecanismos internacionales, ¿ahí queda? No es alentador que el público global disminuya su apoyo solidario a Venezuela porque los asesinados, golpeados, gasificados ya son noticia diaria y no excepcional. En cada acto público, Maduro baila celebrando que nos hayamos cansado de apoyar lo bueno, la libertad, la vida, la paz, al pueblo y que hayamos vuelto al texting histérico, a los videos de chistes, de bebés que hacen ternuras y perritos que hacen cabriolas. Maduro, el títere idiota, el narcotraficante, el secuestrador, el genocida, celebra con rimbombo nuestra ética inmoral, la banalidad del desentendido.

Los venezolanos siguen en pacífico combate. La Guardia Nacional, integrada por muchos soldados cubanos (de ahí la indiferencia ante el clamor de los manifestantes venezolanos), hizo un despliegue de guerra anteayer ante la marcha de los viejitos. En otros lugares asesinaron a Miguel Castillo (27 años) y a Paula Ramírez (23 años). Ayer sábado fue la “marcha del silencio”.

¿Sabe el mundo, con su cabeza de avestruz metida en el hueco de sus entretenimientos circunstanciales, lo que le sucederá si triunfa Maduro? Será una luz verde para que los criminales tomen los países pues “no hay legislación que los detenga”.

Si el pueblo venezolano es derrotado, tú, donde quiera que estés, también serás derrotado, pues Venezuela es hoy la arena de combate de la dignidad humana.


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