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Opinión

“Desde el 2011 el régimen de los Castro bajó los altísimos impuestos de salida y triplicó la extensión de pasaportes”.

Analista político

En diciembre del 2014, Estados Unidos restableció relaciones diplomáticas con Cuba. Más que por gustos, pareceres o encuestas, las relaciones entre estados se manejan por intereses (o así debería ser).

El único fantasma cubano que recorre Estados Unidos, es el de la migración masiva. En el éxodo de Mariel, de 1980, 150 mil cubanos llegaron a Florida y es único daño real y no retórico que Cuba le ha producido a los Estados Unidos. Desestabilizó la Florida, creó distorsiones en el empleo, en el seguro social y en los bonos de alimentos, aumentó en la criminalidad y se asegura que Carter perdió las elecciones debido a esto.

Desde el 2011, el régimen de los Castro bajó los altísimos impuestos de salida y triplicó la extensión de pasaportes. Como la ley norteamericana de Ajuste Cubano permite quedarse a todo aquel cubano que pise tierra norteamericana en el 2012, llegaron —legales o ilegalmente—, 30 mil cubanos a EE.UU.; el 2013, 50 mil, y en el 2014 la cifra es aún mayor.

Es un arma poderosa. Hace poco un grupo terrorista africano amenazó a Italia con mandarle un millón de refugiados si no aprobaban alguna demanda. Y este diciembre pasado, cuando cayó el precio del petróleo, la astuta diplomacia cubana le advirtió a Estados Unidos que, como consecuencia, iba a volver la escasez, los problemas sociales y, por tanto, un masiva migración.

Estados Unidos es un país brillante, pero monológico, es decir, de una sola lógica: la economía. Creyó en esta posibilidad y firmó el restablecimiento diplomático que llevaría remesas a Cuba. Lo hizo sin condicionar a derechos humanos o a la salida de la ocupación cubana de Venezuela. Para el régimen cubano ha sido un triunfo mayor, pues legitima todo lo que han realizado en el continente, desde las ocupaciones territoriales, influencia en varios países, pasando por el alquiler de su gente, pero sobre todo legitima el control que Cuba tiene de la diplomacia de América Latina, a través de Celac, OEA, ALBA, Mercosur, Unasur.

¿Quién pierde? El pueblo cubana ganará limosnas con las remesas pero seguirá con la libertad perdida. Perdemos también todos los demás países del continente a los que Cuba tiene hilvanados bajo su poder.


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