NAKHON RATCHASIMA.–Morir de pie también es seguir viviendo. No es detener el corazón o cerrar los ojos; es hinchar el pecho de latidos y mirar con fuerza. Morir de pie no es más que el primer paso para ser recordado. Perú no jugó hoy la final del Mundial de Vóley de Menores, y a esta hora ya se sabe si se quedó con el tercer lugar. Pero luchó, creyó y creció. Pasó de menor a mayor, de presente a futuro.
Claro, quedará el sinsabor del increíble duelo perdido 3-2 (25-17, 25-22, 20-25, 19-25 y 21-23) ante China en semifinales, donde faltó ese ‘instinto asesino’. Ese mate mortal que no apareció en el tercer set, en el ‘rally point’, cuando ganábamos 14-10, o en los otros cuatro ‘match point’ que tuvimos. Esta vez, Maguilaura Frías y Rosa Valiente no brillaron.
Pero la memoria no puede traicionarnos, y quedarán en el recuerdo los grandes partidos con Italia, China Taipéi y Serbia, así como la venganza contra la ‘faltosa’ Eslovenia y la batalla que habremos presentado hoy ante Brasil por la medalla de bronce.
Si nuestras ‘matadorcitas’ no regresan con medalla en el cuello, que no se preocupen. Hay oro en su corazón, plata en sus manos y bronce en su piel.
DATOS
- Tras la derrota con el equipo chino, las jugadoras peruanas saludaron al rival e inmediatamente se trasladaron en silencio a camarines.
- La delegación nacional –encabezada por Natalia Málaga– retornará a nuestra capital el martes por la tarde.
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