Siria entregó la información sobre su programa de armas químicas a una agencia respaldada por Naciones Unidas, cumpliendo con el primer plazo de una ambiciosa operación de desarme que busca eludir la amenaza de ataques aéreos de Occidente.
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) anunció hoy que “recibió la esperada revelación (del inventario)” de Damasco, 24 horas después de sostener que había entregado un documento parcial de las autoridades sirias.
El regulador dijo que estaba revisando la información, entregada luego de que el presidente Bashar al Assad acordó destruir las armas químicas de Siria tras un ataque con gas sarín en suburbios de Damasco el mes pasado, la ofensiva más mortal de este tipo en 25 años.
Estados Unidos acusó a las fuerzas de Assad por el ataque, que según Washington habría causado la muerte de más de 1,400 personas.
Assad acusó a rebeldes que intentaban derrocarlo, sosteniendo que no tenía sentido que sus fuerzas utilizaran armas químicas cuando los insurgentes estaban ganando el control y mientras inspectores de armas químicas de ONU permanecían en el centro de Damasco.
El cronograma fue establecido por el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, hace una semana en Ginebra, cuando dejaron de lado sus diferencias sobre Siria para sellar un plan que quita las armas químicas a Assad y elimina la amenaza inmediata de un ataque militar de Washington.
El plan fijó un plazo límite del sábado para que Siria entregue un reporte completo de las armas que posee.
Expertos en seguridad dicen que tiene cerca de 1,000 toneladas de gas mostaza, VX y sarín, el agente nervioso que inspectores de la ONU encontraron después de que cientos de personas murieron envenenadas tras ataques con misiles el 21 de agosto a áreas en manos rebeldes.
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