El presidente de Siria se niega a abandonar su país. En declaraciones para la cadena Russia Today, Bashar al Assad afirmó que va a “vivir y morir” en su terrotorio y sostuvo que una eventual intervención extranjera para derrocarlo tendría consecuencias catastróficas para Oriente Medio.
Assad también señaló que no veía a las potencias de Occidente embarcándose en una aventura bélica de este tipo. “No creo que Occidente esté yendo en esa dirección, pero si lo están haciendo, nadie puede decir lo que pasará después”, afirmó.
El presidente sirio continúa luchando contra una revuelta de 19 meses que busca derrocarlo. Con sus declaraciones, pareció rechazar la idea expresada por el primer ministro británico, David Cameron, sobre un eventual asilo en el exterior podría ser una forma de terminar la guerra civil.
“No soy una marioneta y Occidente no me puede manipular para que me vaya a otro país. Soy sirio, nací en Siria y debo vivir y morir en Siria”, manifestó Assad.
Según estimaciones de la oposición, la guerra civil en Siria ha dejado 38,000 muertos y es actualmente uno de los mayores desafíos de la política exterior para Estados Unidos.
Los desafiantes comentarios coincidieron con la reorganización de la oposición siria. En una reunión el jueves en Qatar, la dividida oposición discutió sobre la creación de una nueva entidad que unifique a los grupos rebeldes, en medio de la creciente presión internacional para que se preparen ante una posible transición del poder.
El principal grupo de oposición al régimen sirio, el Consejo Nacional Sirio, ha sido duramente criticado por líderes árabes y occidentales por los escasos avances de la revuelta.
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