El Papa Francisco hizo hoy un llamamiento para la paz en Siria y pidió la liberación de los obispos ortodoxos secuestrados hace dos días en la provincia de Alepo.
Boulos Yazigi, de la iglesia Griega Ortodoxa de Alepo y Alejandría, Yuhanna Ibrahim, de la iglesia Ortodoxa Siriana de Alepo, fueron capturados mientras se dirigían en coche a una aldea cerca de la frontera turca. Otro cura, que conducía el vehículo, fue asesinado.
Según información del Gobierno sirio, los secuestradores serían rebeldes fuertemente armados, quienes habrían pedido unos 200,000 euros.
“El secuestro de los obispos greco-ortodoxo y sirio-ortodoxo de Alepo, sobre cuya liberación las noticias son contradictorias, es una nueva señal de la trágica situación que vive la querida nación Siria, donde la violencia y las armas continúan sembrando muerte y sufrimientos”, dijo el Papa en la plaza de San Pedro.
Además, el Vaticano emitió ayer un llamamiento formal para la liberación de los sacerdotes cristianos secuestrados.
Aunque ayer la agencia católica Zenit, en su versión en árabe, y varias organizaciones religiosas informaron la liberación de los obispos, dicha versión ya fue desmentida por la Liga Siria Ortodoxa.
La comunidad cristiana de Siria es el 10% de una población total de 22 millones. Durante el régimen de la familia Al Asad, desde 1971, los cristianos han ocupado puestos de poder en el país, y han sido considerados parte de una élite en su país.
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