Israel lanzó un ataque este domingo contra un centro de investigación científica cerca de Damasco, el segundo en tres días que lleva a cabo el Estado hebreo que dice tratar de impedir que al Hezbolá libanés le lleguen armas.
En este caso fue contra un centro en Jamraya, que ya fue atacado en enero por Israel, y contra dos objetivos militares —un importante depósito de municiones y una unidad de defensa antiaérea—, según un diplomático en Beirut que pidió el anonimato.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), al igual que el diplomático, hablaron de “numerosas víctimas entre el personal militar” de Jamraya.
Un responsable israelí confirmó este ataque y afirmó que estaba dirigido contra “misiles iraníes destinados al Hezbolá”, el poderoso movimiento chiita libanés, protegido de Irán y aliado del régimen de Bashar al Asad.
“Cada vez que Israel tenga información sobre el traslado de misiles o armas de Siria al Líbano (para el Hezbolá), serán atacados”, dijo este responsable.
¿INMINENTE GUERRA?
El Ministerio sirio de Asuntos Exteriores aseguró que, si Israel continúa sus “actos de agresión”, podría llevar a toda la región a “una guerra que amenace la paz y la seguridad internacionales”.
Por su parte, el titular de Información, Omran al Zohbi, dijo en un comunicado que “el Gobierno de la República Árabe Siria confirma que esta agresión abre la puerta a todas las posibilidades, especialmente porque no deja más dudas sobre la realidad de las conexiones que existen entre todos los que participan en la guerra contra Siria”.
Egipto y la Liga Árabe condenaron los bombardeos.
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