La revocatoria ya está oleada y sacramentada y los limeños decidirán, en las urnas, si Susana Villarán se queda o no en la Alcaldía de Lima. Ayer se conoció que el pleno del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) dio luz verde definitiva al proceso al desestimar, por unanimidad, el recurso extraordinario del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) que cuestionaba la validez del cuarto lote de firmas de adherentes.
En su resolución, fechada el 26 de octubre, el JNE reiteró que el Reniec indujo “a error” al promotor de la revocatoria, Carlos Vidal, cuando le señaló que el plazo para presentar las rúbricas vencía el 6 de julio y no el 5, como correspondía.
A nombre de la Municipalidad de Lima, el regidor Marco Antonio Zevallos dijo que se trata de una “barbaridad jurídica”. Según explicó, el JNE se pronunció sobre el tema de fondo sin resolver la recusación que, en la mañana de ayer, presentaron contra el presidente de dicha institución, Hugo Sivina, por supuesto adelanto de opinión. Tras aclarar que aún no han sido notificados, indicó que en esta coyuntura evaluarán si acuden a instancias internacionales.
Opuesta fue la reacción del vocero de los revocadores, Marco Tulio Gutiérrez, quien saludó la decisión y precisó que solicitó al ente electoral que fije la fecha no solo para la consulta popular, sino para las eventuales elecciones de las nuevas autoridades.
VOTO EN CONTRA
En tanto, la lideresa del Partido Popular Cristiano (PPC), Lourdes Flores, anunció que no está de acuerdo con la revocatoria. Desde Chiclayo, consideró como “un error interrumpir el mandato” de la burgomaestre. “Respaldo la autoridad y el orden. En cambio, me parece que el jueves (día del enfrentamiento de la policía con los vándalos) todo fue desafortunado. La operación estuvo muy mal concebida y con errores”, sentenció.
TENGA EN CUENTA
- Susana Villarán recalcó que no le teme al proceso de revocatoria y respetó el derecho. Aseguró que esto no le “quitará ni un minuto de tiempo”.
- El funcionario de Reniec Carlo Magno Salcedo, que tuvo a su cargo la revisión de firmas, era un confeso simpatizante de Villarán.
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