CUSCO.– Se malogró la máquina. Esa ‘máquina celeste’ que había funcionado muy bien, que contaba con garantía y trabajaba sin problemas. La del motor cusqueño, la de las piezas peruanas, esa se malogró anoche. No funcionó la parte de atrás, el combustible se agotó, los engranajes no coincidieron y la producción quedó detenida en la ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores. Esa fase donde Real Garcilaso cayó 3-1 ante su bestia negra en el torneo, Independiente de Santa Fe.
Si cambiamos la mecánica por el fútbol, el diagnóstico es simple: la defensa de tres (error ante delanteros veloces) tuvo a un Guadalupe lento y torpe, así como a un Bogado que sufrió por abajo. Los volantes de recuperación no corrieron lo suficiente y Ramos quedó lejos de atacantes bien controlados por la zaga visitante. En la maquinaria colombiana, Pérez manejó los hilos y la dupla Cuero-Medina fue un dolor de cabeza.
Aunque, en un principio, la ‘máquina celeste’ no funcionó mal con un intento de cabeza de Ferreira (5’) y con un derechazo de Montes al poste (11’), el ‘Expreso Rojo’ prendió el motor. A los 19’, ni ‘Cuto’ ni Bogado custodiaron a Francisco Meza, quien definió sin problemas. El segundo llegó a los 22’, cuando Lojas le hizo sombra a Cuero que, de taco, habilitó a Medina. ¿Guadalupe? A tres kilómetros de distancia.
Garcilaso intentó sacar fuerza de los ‘apus’ y Ramos se generó un penal a los 25’, pero lanzó la pelota a la tribuna. Las chances de Cuero (27’) y Medina (35’) cerraron el primer tiempo. En el complemento, Bogado volvió a fallar a los 53’ y Cuero la añadió. El descuento de Ramúa desde lejos (63’) solo decoró un resultado complicadísimo mirando el partido de vuelta del martes.
En mal momento se malogró la ‘máquina celeste’. Y tan buena que parecía…
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