Ricardo Vásquez Kunze,Desayuno con diamantes
rvasquez@peru21.com
Mil disculpas por seguir metiéndole el dedo al Perú entero desde lo más profundo de mi corazón. Mil disculpas por seguir metiéndole el dedo a aquellos que me han apoyado. Mil disculpas por seguir metiéndole el dedo a mi partido por esto que parece una contradicción. Esto es lo que, traducido al lenguaje de la desfachatez descarnada, dijo este último viernes de octubre Alejandro Toledo, un expresidente del Perú que, de lejos, se lleva los laureles en la maratón por quién tiene el dedo medio más largo en los anales de la política peruana.
Su defensa ante la tribuna de la opinión pública y la Comisión de Fiscalización que lo investiga en el Congreso sobre las adquisiciones millonarias de inmuebles de su ‘suegra’, Eva Fernenbug, tuvo esta vez su enésima versión, con el mismo ímpetu y convicción con el que pronunció las anteriores. Como nadie tiene ya a estas alturas ninguna expectativa sobre la verdad en boca de quien negó en mil idiomas a una hija para después, con la soga al cuello, decir que “había ganado otra”, estas se centraron en qué nuevo cuento lanzaría Toledo y si aquél sería más grotesco que los anteriores. Y en esto hay que ser justos. No defraudó.
No hubo pues, dijo Toledo, ninguna contradicción entre las suegra viuda de mercaderes de diamantes, indemnizada como víctima del Holocausto y venerable anciana inversora de los ahorros de toda una vida que, amorosa madre, quería pasar sus últimos días comprando mansiones y oficinas de lujo para ser vecina y compañera de trabajo de su hijita querida, la señora de Toledo, Eliane Karp. Lo que hubo, sí, fue “falta de información”. O, mejor dicho, las versiones por entregas del expresidente se produjeron con la “información que tenía” al momento de ser preguntado y de ahí, “tal vez”, la “aparente” “contradicción”.
Bueno: ¿Y qué información no tenía el señor Toledo para haber dicho A, luego B, quizás C y, “finalmente”, D?
1.- ¿Tenía el señor Toledo la información de que el señor Maiman, su amigo archimillonario, lo llamó para pedirle consejos inmobiliarios de inversión en el Perú? 2.- ¿Tenía el señor Toledo la información de que el señor Maiman le pidió buscar oportunidades inmobiliarias en las zonas más exclusivas de Lima? 3.- ¿Tenía el señor Toledo la información de que él mismo y su esposa se abocaron a cumplir con los deseos de su amigo Maiman? 4.- ¿Tenía el señor Toledo la información de que (sub) contrató al corredor de inmuebles Paul Allemant y le dio instrucciones claras de cómo quería que fuesen los inmuebles requeridos por Maiman (porque, en realidad, los verdaderos “corredores”, a la luz de lo que él mismo dice, eran Toledo y Karp)? 5.- ¿Tenía el señor Toledo la información de que él personalmente fue a conocer dichos inmuebles hasta en, por lo menos, dos oportunidades? 6.- ¿Tenía el señor Toledo la información de qué monos pintaba allí su suegra si todos los requerimientos eran de Maiman? 7.- ¿Tenía el señor Toledo la información de la existencia de Ecoteva? 8.- ¿Tenía el señor Toledo la información de que su suegra era “socia” de Maiman en Ecoteva? 9.- ¿Tenía el señor Toledo la información de que Ecoteva le canceló las hipotecas de sus propiedades de Camacho y Punta Sal?
Es decir, y para no hacerla larga: Si Toledo y Karp participaron personalmente en todo esto, ¿alguien me puede decir qué información no tenían cuando fueron preguntados por las adquisiciones inmobiliarias de Las Casuarinas y la Torre Omega y cuando dijeron que sus únicas propiedades en el Perú eran las hipotecadas de Camacho (a nombre de su hija Chantal) y Punta Sal?
Lo que no tenían, tienen ni tendrán es sangre en la cara para seguir metiéndonos el dedo hasta lo más profundo; eso sí, con “mil disculpas” de por medio.
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