Uno de los hechos más importantes del año anterior fue el intento del Gobierno de volver a la actividad empresarial con la compra de los activos de la española Repsol en el país. Esto fue una muy mala señal. Ocasionó la caída de la confianza de los inversionistas, lo cual se reflejó en las Encuestas de Expectativas del Banco Central y en los menores desembolsos empresariales. En el último trimestre (periodo julio – setiembre), incluso sumando octubre, la inversión privada habría crecido apenas 2.1%. Otro acontecimiento que ha marcado 2013 ha sido el fuerte descenso de las exportaciones. La situación pudo evitarse con la puesta en marcha y promoción de nuevos proyectos mineros para así mitigar el impacto con un mayor volumen de envíos, pero se demoró la producción de varios proyectos. Hay que destacar el cambio de actitud del presidente Ollanta Humala hacia la inversión privada que, aún es tibio, pero se nota más apertura. Eso sí, se debe tener cuidado con el gasto público que está aumentando más que el PBI anual, el cual en 2013 creció un poco menos de 5%.
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