CARACAS (Agencias).– Miles de venezolanos marcharon ayer en protesta por la alta inflación, la escasez de productos básicos y el otorgamiento de superpoderes del Congreso al presidente Nicolás Maduro. La marcha se dio a solo dos semanas de las elecciones municipales, que son vistas como un termómetro de la popularidad del mandatario.
La temperatura de la jornada subió desde temprano con la detención, por unas horas, del coordinador nacional de giras, Alejandro Silva, cercano colaborador del líder opositor Henrique Capriles, lo que fue considerado por el joven político como un intento del oficialismo de acallar las manifestaciones de ayer.
El líder opositor venezolano desafió al mandatario a encarcelarlo a él, y no a sus colaboradores. “Ven por mí, que aquí estoy, no te tengo miedo. Te lo he dicho una y otra vez: ¿Quieres meterme preso? ¡Echa bola! (hazlo)”, expresó en un discurso en Caracas.
Por su parte, Nicolás Maduro señaló que su gobierno había logrado frustrar un plan que, supuestamente, buscaba violencia en las manifestaciones opositoras, en las cuales –sostuvo– participó muy poca gente.
“Ante el llamado de llenar de violencia los 335 municipios del país, se quedaron esperando. Apenas en 15 ciudades salieron grupos”, indicó.
El gobernante también advirtió que “desde Miami (EE.UU.) dieron la orden antes de ayer: ‘Tiene que haber un muerto en Venezuela el sábado 23 de noviembre, tiene que haber sangre en las calles’”.
DATO
- Maduro recalcó que el Gobierno seguirá con su ofensiva para obligar, con fiscalizaciones de la fuerza pública, a los comerciantes a bajar los precios de las mercancías. “Vamos paso a paso”, dijo el mandatario.
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