ROMA (Agencias).– Benedicto XVI dejó ayer de ser Papa para convertirse, según sus propias palabras, en “un simple peregrino que inicia la última etapa de su vida”. Así lo dijo horas antes de dejar formalmente el cargo y prometer “obediencia” a quien sea nombrado como su sucesor.
En un hecho inédito, pues los papas suelen morir en su cama, el ahora Papa Emérito abandonó la Santa Sede en un helicóptero y se trasladó a la residencia de Castel Gandolfo, donde permanecerá durante dos meses hasta que se instale en un monasterio ubicado en un ala del Vaticano.
Aunque las leyes pontificias indican que no debía haber alguna ceremonia especial, Benedicto XVI fue despedido por su personal más cercano y por los cardenales. Cuando llegó a Castel Gandolfo, cerca de 10 mil fieles lo ovacionaron al verlo asomarse por el balcón, a quienes les dijo que no era más el líder de la Iglesia, cargo que ostentara desde abril de 2005.
LA SEDE VACANTE
Con el retiro de Benedicto XVI se dio comienzo a la Sede Vacante –el interregno que va desde que fallece o renuncia un Papa hasta que se elige al sucesor–, y el gobierno provisional de la Iglesia pasó a manos del cardenal camarlengo, que es también el secretario de Estado, Tarcisio Bertone.
Lo primero que hizo Bertone fue sellar el apartamento papal y el ascensor que lleva al mismo, en el Vaticano. Asimismo, destruyó el anillo del pescador, que simboliza el poder pontificio. Su desaparición es la señal de que el reinado del Papa ha concluido.
EL CÓNCLAVE
A partir de hoy, el cardenal decano, Angelo Sodano, comenzará a llamar a los purpurados de todo el mundo para alistar el cónclave que elegirá al sucesor de Joseph Ratzinger y participar en las congregaciones preparatorias.
La primera congregación se celebrará el lunes 4 de marzo, anunció el cardenal de Nápoles, Crescenzio Sepe, y tal vez ya ese día se anuncie la fecha del cónclave.
En total son 115 los cardenales menores de 80 años aptos para elegir al reemplazante de Benedicto XVI.
TENGA EN CUENTA
- El hoy expontífice puso en marcha su renuncia el 11 de febrero, al anunciar que le faltaban las fuerzas de “mente y cuerpo” para realizar su tarea. Gregorio XII fue el último Papa en renunciar, en 1415.
- Durante ocho años, Benedicto XVI trató de imponer a la Iglesia un rumbo tradicionalista, convencido de que males como los abusos sexuales sacerdotales eran una mala interpretación de las reformas del Concilio Vaticano II.
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