Era una tarde normal. Santiago llegó a la casa de su enamorada, con la que lleva una relación de dos años. Andrea estaba utilizando la computadora y, de pronto, recibió una llamada.
Salió al pasillo para hablar con tranquilidad por teléfono y dejó a su novio junto a su laptop. Mientras él la esperaba, comenzó a navegar por Internet y, por curiosidad, ingresó al Facebook de su pareja y observó que esta tenía nuevos mensajes privados.
Vio una conversación de ella con un amigo al que no conocía. Su interés se incrementó por las constantes risas que compartían. Siguió revisando sus diálogos mientras su novia estaba ausente en esa habitación.
Líneas arriba descubrió que había frases cariñosas entre ambos. Ese ‘amigo’ la trataba como si Andrea fuera su enamorada. Incluso recordaban sus últimos encuentros. “La pasé genial aquella noche”, era el mensaje.
Su sorpresa fue mayor cuando el historial le mostró mensajes similares desde hacía varias semanas. Esa evidencia le demostró que Andrea le estaba siendo infiel.
Inmediatamente regresaron a su mente todas las veces en las que Andrea no le había respondido las llamadas, las ocasiones cuando afirmó que se iba a reunir con sus amigas por las noches y otros eventos que concordaban con los diálogos entre ella y su ‘amigo’.
No sabía qué hacer. Comenzó a temblar, sintió una gran cólera y quiso interrumpir la llamada que atendía la infiel. Estaba por llorar cuando Andrea volvió del pasillo con una palabra cariñosa.
¿QUÉ HACER?
La psicóloga Rosa Zárate explica que la infidelidad es el resultado de alguna debilidad en la pareja. La especialista recomienda que, antes de actuar, se hable del tema con alguien muy cercano, como un amigo o un familiar. “De preferencia, alguien adulto, porque ellos pueden brindar un mejor soporte”, indica.
Afirma que la traición causará dolor –por el sentimiento de abandono–, humillación y hasta deseo de venganza.
“Descubrir una infidelidad ocasiona un desgaste fisiológico y emocional. Es por eso que se necesita el soporte de alguien”, señala Zárate.
Manifiesta que es poco usual que el infiel acepte su responsabilidad. “Se trata de personas manipuladoras y que utilizarán excusas o cualquier herramienta para cambiar la realidad”, sostiene.
“La víctima está en su derecho de hacer todas las preguntas que desee aunque, en realidad, no servirá para solucionar la situación porque no es una fase en la que se busquen soluciones. No siempre se hacen preguntas o se conversa para solucionar problemas, sino para sacar las emociones. Luego se podrá sentir ese alivio de descarga y, más adelante, tomar decisiones con menos carga emocional”, refiere.
La conversación será difícil pues habrá llanto e insultos, concluye la psicóloga.
CONSEJOS
– La psicóloga Rosa Zárate señala que, hoy, cada uno tiene un mundo real y otro virtual. “El Facebook o cualquier red social forma parte de otro mundo. Lo importante es introducir a tu enamorado en ambos mundos. Si en la vida real los colegas, los amigos y el entorno conocen a la pareja, lo más adecuado sería que se repita en lo virtual”, dice.
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