La victoria de Barack Obama en las últimas elecciones estadounidenses se habría debido bastante a las tecnologías de análisis de datos. Un artículo de TIME revela que la campaña demócrata preparó, dos años antes de la contienda, un equipo secreto de matemáticos y especialistas de la información que recolectaron con cuidado los datos de millones de personas, permitiéndoles predecir y hasta impulsar a los votantes a que apoyen a su candidato.
Este equipo de data crunchers, analizadores de data en español, estuvo instalado en un área secreta en el cuartel de campaña de Obama en Chicago apodado The Cave (La cueva) y fue liderado por el científico Rayid Ghani, quien previamente se especializó en maximizar la eficiencia de las ofertas en los supermercados.
Entre los trabajos que hizo este grupo de científicos estuvo el consolidar todas las bases de datos a disposición de los demócratas. Esto le permitió elaborar perfiles de los grupos a los que querían incentivar y determinar cuál era la manera más efectiva de lograrlo.
Un ejemplo de cómo el análisis de datos ayudó a los demócratas a ganar el sillón presidencial estuvo en la manera en cómo organizaron su recolección de donaciones. En mayo de este año el actor George Clooney logró recaudar casi US$ 15 millones de fondos para la campaña de Obama en su residencia de Los Ángeles con una cena a la que asistieron más de 150 personas. Quienes pagaron más por la oportunidad de comer con el actor fueron las mujeres de entre 40 y 49 años.
Al intentar volver a realizar esta proeza, los data crunchers buscaron una celebridad igualmente popular en la costa este del país, eligiendo finalmente a Sarah Jessica Parker (protagonista de Sex and the City), logrando recolectar aproximadamente US$ 2 millones (50 personas pagaron US$ 40 mil por participar).
Del mismo modo, se analizó cuál de los métodos para hacer donaciones daba más resultados. En este aspecto, el dar dinero mediante mensajes de texto o por internet sin requerimientos de información de la tarjeta de crédito se volvió la manera más popular – sus usuarios daban cuatro veces más que otras personas- por lo que se convirtió en parte esencial de la estrategia.
Uno de los problemas de las elecciones fue incentivar a los votantes a ir a ejercer este derecho – en los EEUU el votar es opcional-, sobre todo en los estados decisivos. Usando su gigantesca base de datos, los demócratas determinaron no solo quienes apoyaban a su candidato, sino también de qué manera estimular a que fueran a los centros de votaciones.
Uno de los métodos más efectivos fue una aplicación para Facebook que mandaba a los amigos de un usuario ciertos mensajes, los cuales tenían un 20% de posibilidades de ser cumplidos debido a que provenían de alguien que se conocía.
Un cuidado similar se tomó con los correos electrónicos automatizados provenientes de figuras como Michelle Obama, el vicepresidente Joe Biden y miembros del equipo del mandatario.
Otra de estas tácticas fue la sorpresiva aparición del presidente en la red social Reddit en agosto, ya que se había determinado que un grupo importante de los votantes posibles participaban en esta popular página web.
Simulaciones de los resultados de las elecciones se hacían “hasta 66 mil veces” cada noche, y los recursos de la campaña eran ubicados en los lugares donde se necesitara. Definitivamente las campañas ya no se hacen como antes.
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