El especialista en temas de narcotráfico y terrorismo, Jaime Antezana, señaló hoy la hipótesis de que el ataque del pasado sábado 6 de octubre a tres helicópteros de la empresa Transportadora de Gas del Perú (TGP) en Camisea se ocasionó por la negativa de la compañía a que los narcoterroristas usen aeródromo para movilizar la droga.
“El ataque y destrucción de los tres helicópteros del TGP es una represalia del narcotráfico a través de los narcoterroristas de ‘Gabriel’ porque probablemente la empresa no habría aceptado la presión de los narcotraficantes, para que puedan utilizar el aeródromo de Kiteni”, dijo en entrevista con Canal N.
Para Antezana, este nuevo ataque no tendría que ver entonces con el incumplimiento de ciertos pedidos de las columnas senderistas del camarada ‘Gabriel’ hechas a la empresa, que incluían un pago de US$10 millones y que no se mitilarice la zona por donde pasa el ducto de gas. Según indicó, estas demandas fueron cumplidas en su mayoría.
TRES HECHOS CONCRETOS
El especialista mencionó tres casos ocurridos en menos de dos meses que confirmarían que las huestes terroristas, movidos por el negocio de tráfico de drogas, habrían estado tanteando la posibilidad de usar aeródromos en la zona o reabrir algunos antiguos.
De esta forma, Antezana dijo que hace dos meses un capo internacional de la droga, a bordo de una avioneta de matrícula colombiana aterrizó por fallas técnicas en el aeródromo de Las Malvinas, propiedad de la empresa Pluspetrol. Pese a que la Policía intentó capturarlo, la empresa se opuso a su captura y lo dejó partir tiempo después.
Asimismo, recordó que hace un mes y dos semanas narcotraficantes se acercaron a una comunidad nativa del bajo Urubamba y les pidieron a los nativos que reactiven el aeródromo del lugar, instalado por los padres dominicos décadas atrás.
De igual forma aludió a la intervención realizada el 15 de setiembre en el caserío El Milagro a una narcoavioneta de matrícula boliviana, donde se decomiso droga que habría pertenecido al clan de los hermanos Quispe Palomino.
“Esta zona, que comprende los distritos de Echarate, Vilcabamba y parte del distrito de Quimbire está bajo control de las columnas armadas de ‘Gabriel’(…) Esa organización controla las rutas de la droga, ellos mueven la droga, controlan la droga, ellos dan la seguridad a la droga. Esa es su única misión, acá no hay estrategia terrorista de toma de poder”, aseguró.
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