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Alan García: “Se tiene que establecer la no reelección parlamentaria”

Cambios radicales. Exmandatario opina que próximo presidente debe convocar a una asamblea constituyente para introducir esa y otras reformas constitucionales.

(César Fajardo)
(César Fajardo)

Patricia Kadena
pkadena@peru21.com

El expresidente Alan García nos recibió en su despacho, en el Instituto de Gobierno. Con una taza de café cargado a su costado, repasó con nosotros algunos capítulos de su paso por el Gobierno –sus dos gestiones– y otros de la actual coyuntura política.

Un año y medio después de haber culminado su gestión, ¿hay algo que extrañe de Palacio de Gobierno?
La capacidad de hacer cosas concretas por el pueblo del Perú. No solo de pensar la situación o de dar ideas, sino de poder hacer cosas concretas: impulsar los hospitales, las carreteras… Eso sí se extraña.

Su segundo gobierno fue económicamente bueno, pero no hubo grandes reformas. ¿Qué se le quedó en el tintero?
Las reformas no son de un día para el otro, no son un milagro, hágase la tierra, hágase la luz…

Pero en algún momento se tiene que empezar…
Comenzó la reforma educativa, y creo que eso ha debido de continuarse, más que cambiarse. Se comenzó la reforma del servicio civil… Creo que se nos quedó en el tintero algo que sale del Poder Ejecutivo, pero que es parte del Estado, que es la transformación del Parlamento. El Perú ha tenido más inversión, mucho más trabajo, pero hay descontento en la población del espejo político de todo eso que está básicamente en el Parlamento. En algún momento habrá que hacer un cambio radical y total.

¿Qué cambios?
La revocación parlamentaria a la mitad del mandato para los casos en que haya menester y, además, la no reelección parlamentaria. La población quiere un sistema político igual de competitivo que el que tiene el mundo económico, académico. Quiere un Parlamento que exista, pero un Parlamento que no se convierta en un modus vivendi para nadie.

Y quieren subirse el sueldo…
Dígamelo a mí. Yo creo en la austeridad absoluta. Yo sí creo que para servir en el Estado hay que tener algo adicional a querer prosperar, querer usar el cargo para después ir a un puesto mejor en el mundo privado. Yo sí creo que hay gente capaz de darlo todo por el país. Ahora, necesita comer, necesita vivir, de acuerdo, pero de allí a decir ¿vamos a aumentarnos? Por eso, lo que hicimos fue reducir el sueldo del presidente de 18 mil a 6 mil dólares; y de los parlamentarios también, de 32 mil soles a 15 mil.

Muchos creen que eso ha permitido que los talentos se vayan al sector privado…
No está mal tampoco, pero, que yo sepa, cuento con los dedos de la mano las personas que podrían ganar, si son altos funcionarios, mucho más dinero en el mundo privado. Tampoco nos engañemos. Pero lo que digo es que el mundo público exige una cierta vocación… Creo que la reforma en algún momento tendrá que hacerse. El problema es que la sartén por el mango la tienen los parlamentarios. La reforma constitucional la tienen que hacer ellos o por un golpe de Estado, y yo soy un demócrata.

¿Qué se puede hacer?
Eso es difícil de decir, pero el próximo presidente debería pedir explícitamente la facultad para convocar a una asamblea constituyente para que, en el plazo de tal fecha, cree el Senado, con limitaciones en el gasto, que restrinja el gasto congresal, que establezca la no reelección, en fin, todo aquello que necesitamos, y que elimine el voto preferencial.

¿Cómo recibió usted el gobierno de manos del presidente Toledo?
Yo digo que recibí el gobierno en buena orientación. El problema era hacer mucho discurso y trabajo para traer más inversiones al Perú, y con los impuestos que esa inversión paga, hacer más obras para los peruanos.

El presidente Toledo decía que en su gestión se les subió el sueldo a los maestros y que en el gobierno aprista, a pesar de que había más dinero, se desatendió a maestros, policías…
Bueno, porque ¡ya les había aumentado el presidente Toledo! y porque el Perú no es para un millón de empleados públicos, son 30 millones de ciudadanos. Yo dije: mi primera prioridad son los 13 millones de peruanos que no tienen alfabeto, luz, agua potable. ¿Hasta cuándo vamos a vivir para los que ya tenemos algo del Estado? Esa es la lógica del bono, del aumento. No. Austeridad de los que ya tenemos algo del Estado y todo el gasto en beneficio de los que no tienen nada. ¿No le parece justo?

Su gobierno le dio mucho énfasis al tema de la inversión, pero ¿no cree que descuidó la lucha contra el terrorismo y la seguridad ciudadana?
A ver. En seguridad ciudadana y terrorismo tampoco hay milagros. Mañana, ni con una varita mágica elimina usted el terrorismo… Confío en que los comandantes generales y los ministros de Defensa hicieron lo necesario. Lo que creo es que le dimos importancia a la inversión por una razón fundamental: ¿Qué es lo que quiere la población para salir de la pobreza? Empleo… Solo la inversión cuando trae una fábrica, una hidroeléctrica, eso le da trabajo a la gente y le da trabajo, después, a otra gente.

¿Lo de Bagua fue lo más difícil que le tocó enfrentar en su segunda gestión?
He tenido dos momentos. Un momento trágico, lo de Bagua, y un momento feo, el de los ‘petroaudios’. Yo tenía dos temas que me preocupaban muchísimo: la inflación y que alguien meta la mano o haga un acto que se parezca, es suficiente, condenable. Porque, ¿qué cruces les han puesto a Alan García y al Partido Aprista? Primero, que son ineficientes y que generan inflación y…

La corrupción…
La corrupción, pero esa es una cruz que puso el gobierno fujimorista cuando cerró el Congreso.

¿Jorge del Castillo dejó de ser su amigo cuando salió lo de los ‘petroaudios’?
No, no. Yo he visto después que se cometió un error, pero no ha habido un beneficio económico ni se actuó por tentación pecuniaria personal…

Pero aún no culminan las investigaciones…
Pero, mientras no culminen, usted no tiene por qué suponer. Si no, tendría que suponer de millones de personas.

Rómulo León ha dicho que lo va a destruir porque usted utilizó todo su poder para que él permaneciera en la cárcel.
Sin comentarios.

En su segundo mandato, Ud. dejó sus ideas estatistas. ¿En qué momento se dio cuenta de que estaba equivocado?
Para decírselo en dos palabras, el primer gobierno fue más velasquista que aprista. Esa es la verdad, y eso lo estoy escribiendo en un libro que se llama 90 años de aprismo.

Pero usted quien gobernaba. ¿Cómo podía ser más velasquista que aprista?
Porque yo confundía, y está mal eso: ser más izquierdista sin entender adecuadamente que el pensamiento de Haya se había ido por otro lado desde 1940. Pero todos creíamos que más bonito era el pensamiento del viejo de 1927, 1928, cuando era radical, incandescente, beligerante. Bueno, ¿sabe por qué ocurre eso? Por bloquear a un partido cincuenta años. Si lo hubieran dejado realizarse el ‘30, o el ‘36, o el ‘45, se habrían puesto en marcha algunos programas que hubieran funcionando en ese momento, pero ya no funcionaron con Velasco, que nos dejó un endeudamiento que equivale a 30 mil millones de dólares de hoy. Eso es parte del problema; si no, hubiéramos ido más abiertamente en búsqueda del capital y de la inversión, porque Haya de la Torre se cansó de decir mil veces: Ningún país subdesarrollado saldrá de su retraso sin la ayuda económica y tecnológica del mundo desarrollado.

¿Y usted cree que la gente recordará más su segundo o su primer gobierno?
La gente recuerda siempre el último momento, es verdad.

Entonces, es una suerte suya.
No, es un designio de la naturaleza humana. Y, además, una vez que nos vamos, y ante la tumba, siempre la gente recuerda cosas buenas. Yo confío en el pueblo peruano y confío en el fallo de la historia, y no estoy ya en condición de candidato, peleando pequeñeces.

¿Descarta una candidatura suya en 2016 o en 2021?
Oiga, no, eso sería soberbia. Yo, como he dicho, me tocó un momento dramático el año 1985 y no actuamos con la frialdad y la serenidad necesarias. El 2006 fue un buen gobierno, continuó lo que venía haciendo Toledo y dejó las bases profundas para que este gobierno pudiera tener éxito. Pero, ¿después de hacer un buen gobierno, quiere que haga un gobierno muchísimo mejor? Bien difícil. Eso ya sería hacer un gobierno celestial, maravilloso. No me pida esas cosas. No vaya a ser que por retar al destino tenga usted una crisis feroz en el mundo o un sismo generalizado del país.

Y, si es así ¿por qué no lo puede descartar?
Mire, la soberbia significa ignorar a Dios, decir “yo hago el destino”. Soberbia es creer que uno puede saber lo que va a hacer. Le digo honestamente, no tengo la voluntad, no tengo el interés, me gustaría más ser una persona que de vez en cuando dé ideas, que escribe.

Usted ha dicho que este gobierno, económicamente, está caminando bien…
Sí, socialmente también; institucionalmente, el modelo democrático, la libertad de expresión, están garantizados; no tenemos que sospechar nada. Y lo dicho por la señora Nadine (que el tiempo infame de las leyes con nombre propio ya pasó) me parece que los fortalece de alguna manera.

¿Usted cree que hay un cogobierno?
Es una pareja que vive junta, eso no es cogobierno.

Usted no cogobernaba con la señora Pilar Nores…
La señora Pilar era muy colaboradora, preocupada políticamente, gran interesada en la política, pero con menos exposición. Es cuestión de estilos.

¿Y le gusta el estilo de la señora Nadine?
Sí, y mucho más desde el miércoles, porque eso significa que no está saliendo para usar los recursos del Estado en beneficio de su apetito de ser candidata en 2016. Oiga, cuando usted hace un buen gobierno, le queda abierta la puerta del futuro. Qué se yo, el 2021, el 2026. Ya no estaremos, ellos son jóvenes.

¿Usted está de acuerdo con la norma que prohíbe postular al cónyuge del presidente?
Sí, porque es una pareja, es casi la misma persona. De acuerdo con la consagración episcopal, es una sola carne; por consiguiente, los recursos del Estado, la tribuna del Estado, no se pueden usar para beneficiar una candidatura. En eso está muy bien que no haya reelección inmediata.

Entonces, coincide con quienes dicen que una eventual postulación de la esposa del presidente sería, en la práctica, una reelección…
Técnicamente, sí. Se usan los recursos del Estado; la exposición del Estado, más que el dinero del Estado.

¿El presidente Ollanta Humala hizo bien en viajar a Cuba en el momento en que lo hizo?
No es un tema sustantivo. El Perú no sacrifica nada. Yo creo que el presidente sacrificó su tiempo, nada más.

¿El Perú no está siendo ciego frente a lo que ocurre en Venezuela?
A ver, hay dos Perúes. El Perú institucional, del Gobierno, y el Perú político, no estatal. Nosotros, los políticos no estatales, podemos críticamente decir que lo que hay ahí es una locura. Venezuela es, lamentablemente, un país malagua, que no tiene esqueleto ni músculo industrial, que vive condenado al petróleo, y como no logra otra inversión, distribuye el dinero que le llega del petróleo. Y, luego, este asunto de las reelecciones eternas, para mí son repugnantes.

¿Y los países vecinos no deberían hacer algo…?
Pero, ¿qué hacen los países vecinos? ¿Usted se pelea con ese gobierno y sacrifica a todos sus inversionistas que venden o a algunos agroindustriales que venden allá?

¿No hay algo de hipocresía política ahí?
No, no es hipocresía política. Los países tienen intereses, los hombres tenemos corazón. Los países necesitan ver qué es lo más conveniente para su marcha productiva, institucional; los hombres podemos condenarlos, etc. Ahora, cuando se llega a un límite, comienzan las matanzas, como en Siria. Entonces no queda otro camino que intervenir, inclusive intervenir militarmente, pero esa no es la situación en Venezuela, obviamente, ¿no?

Este gobierno cambió la Ley de la Carrera Pública Magisterial (CPM) por la Ley de Reforma Magisterial. ¿Qué significa eso para usted?
Hubiera preferido que se continuara con la Ley de la Carrera Pública, que no fue un invento nuestro, participaron allí todos los partidos. El concepto meritocrático, el concepto de la evaluación, creo, han sido fundamentales. Ahora, esto no es del presidente Humala, no creo que venga de él, pero sí de algunos funcionarios de ese ministerio que dicen que todo lo que ha hecho García está mal. ¡Hasta el Colegio Mayor está mal! ¡Y es el primer colegio internacionalmente ¿ah?! La Ley de la CPM era muy buena porque para entrar a ella había que dar examen y no había atornillamiento al puesto. En cambio, cuando usted dice “automáticamente todos entran”, entonces, ¿en qué se diferencia la carrera pública con la ley de antes, del año ’50 o ’60? ¿Todos tengamos estabilidad permanente? ¿Así es la cosa? Nooo… Me dolió mucho pero, en fin, ese es un tema que se podrá corregir.

Sobre la revocatoria…
No voy a responder sobre eso.

¿Por qué el Apra se metió a apoyar la revocatoria?
No sé. El Apra es una institución hecha por personas que viven en Lima, tendrán su opinión, y han tomado una decisión. Punto.

¿Y le gusta o no le gusta esa decisión?
Yo simplemente no opino de eso para no caer en estrategias fabricadas desde el extranjero.

Alberto Fujimori tiene a sus hijos en la política, el presidente Humala tiene a su esposa. ¿Alguno de sus hijos tiene interés por la política?
Todavía es muy temprano para decirlo porque estos niños, y en gran parte gracias a su madre, son muy responsables, y yo estoy orgulloso de ellos… Veo más bien a Alan Raúl, que es muy preocupado por la política, siempre me anda preguntando, me escribe, qué estás escribiendo, qué vas a decir. Luciana es, lo que se llama en el Perú, pico de oro. Si hay una persona con habilidad verbal y psicología rápida, es esa niña, abogada en Washington. Yo pienso que, decantando, de esos dos va a salir, o tal vez los dos, pero eso será ya dentro de unos años.

¿Mantiene una buena amistad con la señora Pilar Nores?
Sí, claro. Respeto, afecto y reconocimiento, porque es una gran mujer.

¿Está solo ahora?
Eso es parte de mi intimidad.

¿Y la señora Chessman?
Una excelente persona, pero todo eso es parte de mi intimidad.

FRASES

- “Yo no sé por qué Lourdes se descarta del 2016, no lo entiendo, pero en fin. Yo la quiero mucho, y creo que es una mujer muy capaz”.

- “Creo que en el gobierno 2006-2011 hemos sido mucho más adecuados al pensamiento de Haya de la Torre y, por eso, la cosa salió mucho mejor”.

- “Cuando dicen Alan García es soberbio, yo digo no. Tal vez vanidoso intelectualmente sí. Físicamente no, porque no me dedico a hacer gimnasia ni a vestirme con ropa inglesa, no. Vanidoso intelectual sí, porque me gusta decir que conozco poesía, filosofía, que he estudiado”.

- “Todo parece indicar que (Nadine Heredia) sí sería buena candidata. Tiene inquietud política, se nota que tiene el fuego de la política, que es fundamental, y que con tranquilidad, y con la misma sonrisa, puede llegar muy lejos. El presidente Humala, por su parte, no lo descarte usted para más adelante. Si las cosas siguen como vienen siendo, yo no dudo que él y la señora puedan volver al gobierno un quinquenio después”.

- “Bagua, más que un conflicto, fue un asesinato de policías. Hay una maldad en invertir las cosas y cambiar la historia… ¿Quién iba a imaginar que había asesinos emboscando a la Policía? Ahora dirán ¿por qué no pusieron Inteligencia entre los nativos? A ver, ponga usted a un extraño de Inteligencia entre los nativos. No es tan fácil la cosa. Es bueno dar consejos desde el tendido, pero torear es diferente”.

- “Me gustaría estar en el bicentenario, no necesariamente como presidente de la República”.

TENGA EN CUENTA

- Alan García señala que este gobierno les ha dado énfasis a algunos programas que ya existían, como Bono Gratitud, que era para los adultos mayores de 75 años, pero advierte que haber rebajado la edad a 65 podría ser peligroso porque personas de 65 años son dos millones, y darles a 40 mil es como no darle a nadie.

- Indica que, en 2012, el Perú creció sobre la base del consumo –la gente compró más jabones, más galletas, más cerveza–, pero dice que no se debe descuidar la inversión básica (petróleo, hidroeléctricas, puertos, aeropuertos, gas) porque, en dos o tres años, los recursos generados se podrían acabar.

- El exmandatario está seguro de que el proyecto minero Conga saldrá adelante, a pedido del pueblo de Cajamarca, si los resultados del negocio minero se reparten adecuadamente entre la gente.


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