Los hechos son los siguientes. El 29 de mayo de 2014 Martín Belaunde Lossio pasa a la clandestinidad luego de que el juez del Santa, Richard Concepción, decretara su prisión preventiva por 18 meses en el marco del caso ‘La Centralita’, por el que está preso el ex presidente regional de Áncash César Álvarez. Recién el 5 de setiembre de ese mismo año, el Juzgado Penal Nacional emite una orden de captura internacional contra el prófugo. El 9 de setiembre, la orden de captura es recibida por la sede de la Interpol en Lyon, Francia, para ser difundida mundialmente desde allí el 11 de setiembre. Belaunde Lossio solicita refugio en Bolivia el 15 de diciembre y, según las autoridades de ese país que toman como verdaderas las declaraciones del prófugo, este se encontraría en territorio boliviano desde el 1 de diciembre. Resulta insólito que alguien que tuvo las puertas abiertas para salir del país durante casi cuatro meses sin orden de captura internacional cruce la frontera cuando la orden estuvo vigente desde el 11 de setiembre. ¡Allá quienes le creen!
Lo cierto es que poco importa cuándo el prófugo cruzó la frontera, pues, como lo hizo ilegalmente, no hay constancia de ello más que su palabra, que, como todo el mundo sabe, vale casi nada. Lo que sí importa es por qué, en el lapso que va desde el 29 de mayo, fecha en que evadió la acción de la justicia y se convirtió en prófugo, y el 5 de setiembre, cuando el Estado Peruano emitió la orden de captura internacional, las autoridades peruanas le dejaron la puerta abierta el tiempo suficiente para que desapareciera del mapa mientras que el gobierno nos hacía creer que lo buscaba.
Y lo que esto implica es gravísimo, pues no solo es una burla al país, sino que, además, afirma una conspiración al más alto nivel para encubrir a Belaunde Lossio e impedir la acción de la justicia. ¿Acaso el ministro Figallo no sabía que el Juzgado Penal Nacional no había cursado ninguna orden de detención internacional hasta el 5 de setiembre? ¿Qué hizo al respecto en nombre del gobierno? ¿Y el ministro del Interior, tan presto a salir ante las cámaras de televisión a advertir al país sobre los peligros subliminales de una muestra de óleos, por qué no denunció la inacción del Poder Judicial si estaba tan interesado en capturar a Belaunde Lossio? ¿O es que ambos estaban coludidos en la omisión por órdenes del presidente? ¿Y el canciller ya ordenó que los abogados de nuestra embajada en La Paz accionen ante la justicia penal boliviana para que se detenga preventivamente a Belaunde Lossio? ¿Acaso no sabe que puede invocar las resoluciones de la Corte de San José contra Wong Ho Wing, en el caso del proceso de extradición que sostiene la República Popular China con el Perú, como sostiene la ex procuradora supranacional Delia Muñoz? ¿O está esperando el canciller que Belaunde Lossio fugue también de Bolivia?
No nos dejemos atarantar más por los engañamuchachos de este gobierno de mentirosos que nos creen estúpidos. Empecemos por exigirle cuentas de lo que NO HICIERON en esos casi CUATRO MESES para que el prófugo no fugue al extranjero, donde hoy se encuentra. ¿Quién o quiénes son los responsables de esta omisión?
Por lo pronto, Figallo y Urresti deben se interpelados de inmediato y la oposición debe conseguir las firmas en el acto para convocar a una legislatura extraordinaria. No puede permitirse que, después de saber que Belaunde Lossio tuvo 103 días para fugar porque el Estado y su gobierno no movieron un dedo, en el Perú esos dos ministros sigan pontificando como si no pasara nada.
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