El Ministerio Público ha propuesto una pena de cárcel en régimen cerrado y una compensación de US$27 millones para Lula da Silva por corrupción, lavado de dinero y daños a la Petrobras. La defensa de Lula presentará sus argumentos en 20 días y para fines de julio el juez Moro deberá estar emitiendo la sentencia. Mientras tanto, Lula dirigió el sexto congreso del PT, y considerando su casi segura condena en los actuales juicios, él nombró a Gleisi Hoffmann presidenta del PT y su probable heredera política para 2018.
Después de dos años de recesión, la economía brasileña ha dado señales de reactivación en los primeros cuatro meses de este año. Algunos economistas discuten la fuerza de esta recuperación, pero todos opinan que se inicia una nueva fase en la economía del país. Lo que sigue en duda es la capacidad del Estado brasileño de seguir pagando sus deudas, si no se hace la reforma del sistema de pensiones.
El Senado ha aprobado el fin del foro privilegiado que protege a 22 mil autoridades. A pesar de las trabas para que los políticos vayan a prisión, esta ley es una victoria en la lucha contra la corrupción. Ahora, falta su aprobación en la Cámara de Diputados. En la Corte Suprema, el mismo tema está siendo discutido, pero se encuentra bloqueado y las perspectivas son inciertas.
Mientras tanto, Temer sigue arrastrando su agonía política, intentando sobrevivir y avanzar los últimos pasos de su agenda de reformas, pero su situación legal se complica cada día que pasa.
Es probable que, en los próximos dos o tres meses, algunas de esas incertidumbres se resuelvan y el país tenga una configuración política distinta de la actual.
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