CIUDAD DEL VATICANO.– Sorprendiendo a los más de 1,200 millones de católicos, al propio Vaticano y al mundo entero, el papa Benedicto XVI, de 85 años, anunció su renuncia al cargo por motivos de cansancio físico y espiritual.
En el consistorio ordinario de los lunes, o también conocido como la reunión de los cardenales, el pontífice, muy calmado y en latín, anunció varias canonizaciones y su dimisión al frente de la Iglesia Católica.
Los cardenales presentes, según contó el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, quedaron “desconcertados”.
“Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20:00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice”, agregó ante la sorpresa general.
La primicia de la histórica decisión para la Iglesia Católica la obtuvo la veterana periodista de la agencia italiana de noticias Ansa, Giovanna Chirri, que habla latín, y que cubría el evento.
La vaticanista inmediatamente llamó al portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, quien le confirmó la noticia minutos después.
RENUNCIA MEDITADA
Lombardi recordó que la renuncia de un Papa está prevista en el Código de Derecho Canónico, que establece que para que sea válida es necesario que sea libre y que no puede ser aceptada por nadie.
El portavoz vaticano señaló también que el Papa es muy consciente del paso que ha dado y que no han influido temas como los escándalos de curas pederastas. “Al contrario, cuando arreciaban estos escándalos, el pastor “nunca huyó ante los lobos y ni dejó el rebaño solo”.
Asimismo, Lombardi aclaró que “ninguna enfermedad” ha llevado a Benedicto XVI a renunciar al Pontificado, aunque reconoció que en los últimos meses había disminuido sus fuerzas físicas, “algo normal en personas con esa edad”.
En los últimos meses, el Sumo Pontífice se le ha visto más delgado, además que padece, desde hace años, de problemas cardiacos que le impiden viajar a ciudades de gran altitud y lo han forzado a reducir su agenda de trabajo y sus compromisos públicos.
En Alemania, país natal del pontífice, su hermano mayor Georg Ratzinger, de 89 años, dijo a medios nacionales en Ratisbona que un médico había aconsejado al pontífice no realizar más viajes transatlánticos, y que Benedicto XVI tenía una creciente dificultad para caminar.
A esta versión, se suma la del diario L’Osservatore Romano que precisa que el pontífice guardaba este “secreto inquebrantable” (la renuncia) desde que regresó del viaje a Cuba y México, en marzo del año pasado.
IRÁ A UN MONASTERIO
Luego de dejar el cargo, el alemán Joseph Ratzinger viajará a Castelgandolfo, la residencia veraniega papal al sur de Roma, y tras elegirse a su sucesor en el cónclave, se retirará a un monasterio de monjas de clausura dentro del Vaticano, donde llevará una vida de retiro, oración y meditación.
El cónclave se realizará del 24 de marzo al 1 de abril y a más tardar para Pascua –según la Santa Sede– habrá un nuevo Papa.
Asimismo, el cardenal decano, Angelo Sodano, anunció que el Vaticano le dará una despedida a Benedicto XVI antes de que ponga fin a su pontificado, a la que espera asistan fieles de todo el mundo y autoridades de muchos países.
Benedicto XVI tiene previsto celebrar el próximo miércoles la audiencia pública y por la tarde acudir a la colina romana del Aventino para presidir los ritos del Miércoles de Ceniza, que abren el tiempo de Cuaresma.
Allí presidirá una procesión desde la basílica de San Anselmo hasta la cercana de Santa Sabina, donde impondrá y recibirá las cenizas.
El sábado tiene previsto recibir al presidente del Guatemala, Otto Pérez Molina.
El domingo 17 de febrero, Benedicto XVI se retirará durante una semana a ejercicios espirituales que realizará, junto a los cardenales de la Curia romana, en la capilla Redemptoris Mater del Vaticano. El retiro espiritual concluirá el sábado 23 de febrero.
REACCIÓN MUNDIAL
Los líderes políticos y representantes de la Iglesia católica en el mundo recibieron con sorpresa el anuncio de renuncia del Papa, una decisión que consideraron una señal de “grandeza” y “humildad”.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, mostró su “solidaridad y respeto” por la decisión de Benedicto XVI y resaltó que siempre ha sido amigo de México y portador de mensajes de paz y reconciliación”.
Para el presidente chileno, Sebastián Piñera, la renuncia papal es “un acto de coraje y consecuencia”.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, destacó el “gran respeto” que siente por Benedicto XVI y por su trabajo en favor del diálogo interreligioso y otros retos globales”.
El presidente del Congreso Mundial Judío, Ronald Lauder, afirmó que con sus acciones durante su pontificado, el Papa se supo ganar la “amistad duradera” del pueblo judío.
Por su parte, la canciller de Alemania, Angela Merkel, expresó su “más profundo respeto” por la renuncia del Papa, a quien calificó como “uno de los más importantes pensadores religiosos de nuestro tiempos”.
“Benedicto XVI tomó su decisión en bien de su Iglesia y de las personas que la integran”, dijo Merkel, quien elogió el diálogo entre las iglesias impulsado por Benedicto, así como de la Iglesia católica con judíos y musulmanes.
El arzobispo de Lima, cardenal Juan Luis Cipriani, manifestó que siente “dolor” por la renuncia de Benedicto XVI, que consideró un hecho completamente “inesperado”.
Cipriani recordó que el Papa debió asumir de manera brutal una serie de desafíos de su pontificado.
“El papa Benedicto XVI ha asumido con enorme fortaleza desafíos que se le han presentado de manera brutal. Todo ese tema del mayordomo, de los Vatileaks, ha sido realmente un dolor muy grande y muy fuerte”, dijo.
“La situación de la pedofilia de los sacerdotes también ha sido un golpe muy fuerte. Creo que el Papa lo que ha hecho refleja su inmensa sabiduría y su inmenso corazón de pastor”, añadió Cipriani.
ANTECEDENTES
- El último papa que renunció fue Gregorio XII, quien dejó el pontificado en 1415 como parte de un acuerdo para poner fin al Gran Cisma de Occidente entre otros dos papas que se disputaron la autoridad.
- El último caso de renuncia voluntaria se remonta a 1294, cuando el papa Celestino V emitió un decreto en el que se permitía la dimisión papal. De origen campesino, el pontífice alegó tener falta de cualidades para ejercer el cargo cinco meses después de haber sido designado.
- En 1939 el papa Pío XII antes de su coronación había redactado ante un notario una carta de renuncia en caso de que fuera hecho prisionero por los nazis, con el objetivo de que no se demorara la elección de su eventual sucesor.
- En 1983, bajo el papado de Juan Pablo II, se promulgó el actual Código de Derecho Canónico que, en uno de sus capítulos, señala que si el “Romano Pontífice” renuncia, se requiere que esta se realice en forma libre, pero que no sea aceptada por nadie en virtud de su investidura.
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