Pesca ilusiones

CHIMBOTE.- En el mar del destino, Universitario acaba de pescar ilusiones. Esas que alimentan el espíritu del que juega y la confianza del que alienta. En el mar del destino, la ‘U’ echó sus redes, esperó el momento y vuelve a casa con ilusiones. Ganó 3-1 a José Gálvez, hizo reír a Ángel Comizzo, saltar a los hinchas y asustó a los punteros. Les metió miedo.

Porque en una de las canchas más complicadas, con un césped más para fulbito nocturno que para fútbol de día, los cremas estuvieron correctos. Carvallo volvió a ser figura, Duarte tomó el mando atrás. Diego Guastavino mantuvo el nivel que exhibió ante Comercio y Ruidíaz siempre buscó el gol. En el equipo de Nolberto Solano, Aliberti falló chances y la defensa central (Ramos y Salinas) fue peor que un desastre.

Por eso el que tuvo que poner el pecho fue el golero Fischer Guevara. A los 8’ y 14’ le ganó el ‘cara a cara’ a la ‘Pulga’ Ruidíaz y en 19’ tuvo suerte cuando la pelota pegó en el travesaño. Mientras tanto, en el área crema, el juez Ivan Chang (que mandó retirar las cámaras de los arcos, esas que detectan errores arbitrales) se ‘comió’ un penal por mano de ‘Toñito’ Gonzales a los 20’.

Las más claras del local fueron una mediavuelta de Aliberti que rozó un poste y un frentazo de Jersson Vásquez directo a las manos de Carvallo. La ‘U’ había tendido las redes de la paciencia y la solidez en 45 minutos. En los siguientes 45, recogería el botín.

CONTUNDENCIA CREMA
En el complemento Solano se dio cuenta que no tenía creación y mandó a Junior Aguirre y César Medina. Aliberti tuvo su chance a los 51’, pero Carvallo impidió el gol. Hasta que Olascuaga tiró una pared con Guastavino, aprovechó la lentitud de los centrales y marcó a los 68’. La primera ilusión estaba en la bolsa, pero el local quiso arrebatársela con un golazo de tiro libre de José Mesarina a los 78’. El empate no era malo, pero Guastavino quiso más y al fin hizo honor al apelativo de ‘Messi’ para llevarse a Ramos y Salinas y desnivelar a los 90’.

El tercero fue de contragolpe a los 93’, cuando Raúl Ruidíaz avanzó con pelota dominada y anotó sin problemas. Eso derivo en la expulsión del ‘Chemo’ Ruiz por reclamar.

La ‘U’ pescó ilusiones. El mar de destino lo recompensó. Alimentó su corazón.