MADRID.– Un rey tiene que ser Atlético. Combinar fuerza con mente. Porque lo coronan en un territorio rival que siempre fue suyo. La Copa del Rey se queda en Madrid pero en la orilla del Atlético, que le ganó 2-1 en tiempo extra al Real con golpe, sangre y venganza. Fue en el Bernabéu, ante el equipo que lo había vencido en los dos partidos de Liga y al que no derrotaba desde 1999.
A ese equipo que se adelantó con un cabezazo de Cristiano (13’). Hasta que Falcao se inventó un jugadón para habilitar a Diego Costa que, con tiro bajo, igualó a los 34’.
LA GUERRA DE MADRID
El partido se trasformó en una batalla. Los volantes ‘atléticos’ Gabi y Suárez se cansaron y dieron carta libre para que Modric reinara. A los 60’, el poste devolvió el intento de Benzema, y del rebote de Özil se encargó Juanfran, que despejó en la línea. Luego vino el tiro libre de ‘CR7’ que también rechazó el poste a los 68’. La rabieta del luso era de niño frustrado. Frustrado también estuvo Mourinho, quien vio la roja por un reclamo airado a los 76’.
A los 94’, Diego Costa se topó con Diego López y, a los 97’, Essien apagó un incendio. Hasta que, a los 98’, Koke centró y Miranda puso ese frentazo que soltó un grito que rompía 14 años de lágrimas. Un grito que se hizo más fuerte con las atajadas de Courtois a Higuaín (104’) y a Özil (108’).
El tiempo que restaba mostró la expulsión de ‘CR7’ por patear en la cara a Gabi (113’), la agresión al golero ‘atlético’ y el ‘tole tole’ que se armó entre las bancas con la pelea de Simeone con Pepe como estelar. Hasta que llegó el pitazo y un rey emergió. Un rey que se ciñe la corona en su atlético corazón.
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