Ninguno se pudo colgar la sonrisa

Carlos Bernuy
cbernuy@peru21.com

Pasión come apatía. Logros comen discursos. Conocimiento come olvido. Cada quien quiso hacer su comercial y terminó incompleto. Uno a uno entre Cristal y la ‘U’ donde Iván Chang comió errores. Donde los intentos no comieron alegría.

Universitario protagoniza su mejor comercial, el que marca su retorno. El que sentencia su vuelta a la alegría, a esa vieja costumbre de sumar tres puntos que se le resistían. Uno a cero contra Cristal. Porque la ‘U’ come tristezas.

Imprecisión. Acción de no coordinar una entrega a pocos metros. De errar un pase que no se puede errar. Para un jugador profesional, una palabra vetada. Pero en el primer tiempo celestes y cremas la aplicaron al máximo.

No hubo quien organizara, quien hiciera algo diferente. Advíncula y Yotún fueron cubiertos por Tomasevich y Polo y con ello, estos últimos dejaban abandonado a Calcaterra en el centro y a Ximénez en el área celeste. En Cristal Sheput estuvo desaparecido, Ávila temeroso en la ofensiva y Hernán Rengifo en duelo aparte con Galliquio.

A los 22’ la tuvo Néstor Duarte pero su frentazo se fue elevado y en 37’ Lobatón despertó de su letargo para meter un buen zapatazo que detuvo Llontop. Hasta que le dieron un espacio mínimo a Ximénez y este de mediavuelta la estrelló en el poste.

*EL SHOW DE CHANG *
La historia terminó cambiándola Chang, el árbitro que reemplazó al elegido Víctor Hugo Carrillo (viajó a Zurich). Y no lo hizo bien.

A los 56’ expulsó a Advíncula por ir cuerpo a cuerpo con Calcaterra. Luego no pitó un claro penal de Polo a Rengifo a los 58’. Pero Universitario no necesitaba ayuda para ganar. A los 60’ Vargas metió una volea y Yotún salvó . Hasta que Chang volvió a a aparecer. No sancionó la falta en el área de Ampuero a Lobatón a los 66’, y un minuto después , el mismo Ampuero metió un zurdazo letal entrando al área. Gol. El resto era cuidar el resultado. Pero Chang quiso compensar y a los 91’ dio penal en un roce de Galliquio a Ávila. Mariño empató.

Comercial amargo para los dos. Ninguno comió alegría.