Carlos Lara Porras
clara@peru21.Com
Mil oficios. Así podríamos calificar a Freddy García, DT del Real Garcilaso, quien pugna por alcanzar el título nacional. ‘Petróleo’ no solo sabe de fútbol. Trabajó como mecánico, fue comentarista deportivo y, de no ser por la pelota, hasta quizás hubiera sido un consagrado piloto de carreras.
¿El fútbol es una pasión para usted?
Lo siento como lo vivo. Es decir, soy un tipo vertiginoso, full adrenalina, todo me gusta al filo del abismo. Si no me hubiera dedicado al fútbol, sería piloto de carreras, porque me encanta el automovilismo, al igual que el motocross. Me gusta la Fórmula 1 y, también, el rally. Admiro a Ayrton Senna, a Michael Schumacher y, de los nacionales, a Henry Bradley y a Ramón Ferreyros.
¿Y ha estado al frente del volante alguna vez?
Sí, pero de manera amateur. Me gusta ese tipo de emociones, ese vértigo. Por eso trato de hacer que los jugadores tengan esa misma actitud.
¿Se accidentó alguna vez?
Estuve cerca de la muerte. Varias veces desperté en el hospital. Hoy soy más cuidadoso. No me gustaría dejar a mi equipo ni un día.
Fue periodista deportivo…
Estudié Ciencias Contables y Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa. Hice prensa por nueve años. Sé lo sacrificada que es su labor.
¿Se ganó la vida trabajando en una mina como castigo?
A los 16 años embaracé a mi novia. Mi padre, como castigo, me mandó a trabajar a la mina de Toquepala, donde hacía de mecánico, oficio que estudié en el Senati. Luego de siete años me retiré porque quería seguir creciendo.
¿Pensó dejar el fútbol?
Sí, fue en 2007, cuando tras una buena campaña con Bolognesi me sacaron para traer a Juan Reynoso. En caliente pensé dejar el fútbol. Luego, ya más calmado, fui a capacitarme a Argentina.
¿Se tomaría una cerveza con sus jugadores?
Yo no tomo con mis jugadores. Hacemos parrilladas, almuerzos, pero no eso. Tal vez pase eso en otros países, pero no lo haría porque sabemos muy bien qué tiene el profesional del fútbol en la cabeza.
¿A qué entrenador admira?
Trabajé con Roberto Mosquera y con Jorge Sampaoli como asistente. Soy de la corriente de Marcelo Bielsa, pero no soy su imitador, sino que rescato las cosas buenas.
¿Es cierto que el profesor Mosquera lo ayudó en momentos muy difíciles?
Sí. Cuando fui su asistente en Bolognesi y el dinero quedaba corto, él se convertía en un hermano mayor y me apoyaba. He querido devolverle la ayuda, pero me dice que sigue prestado, ja, ja… Dice que cuando se retire y yo siga dirigiendo, ahí se lo devuelva.
¿Usaría terno para la final?
No me sentiría cómodo vistiendo un terno en la cancha. Además, los ternos de Roberto son bien caros. Más bien, se los voy a robar, ja, ja, ja…
¿La camisa celeste es una cábala para usted?
Comencé así la campaña y hubo coincidencia con los resultados. El año pasado, con una camisa amarilla, campeonamos en la Copa Perú y ascendimos a primera. Espero que la camisa celeste cumpla varios objetivos.
¿Sueña con dirigir a Perú?
Hoy debe de ser difícil dirigir a la selección porque no hay un universo adecuado de futbolistas para garantizar una clasificación al Mundial. Pero, como todo profesional, siempre está el anhelo.
¿Escribiría un libro?
Claro, sería de anécdotas, con tantas cosas que me pasaron en la vida y en el fútbol. Me gusta ser un efecto multiplicador de todo lo que sé y de lo que he vivido. Así sabrían que no hay nada imposible.
¿Se imagina campeón?
Dios quiera que sea así. Vamos paso a paso. Ojalá Dios nos premie con ese logro.
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