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Opinión

Acabo de ver con estupor la magnitud del problema que la falta de alimento (anchoveta) tiene sobre nuestra población de aves marinas en Chimbote.

alevy@ambiand.com

Acabo de ver con estupor la magnitud del problema que la falta de alimento (anchoveta) tiene sobre nuestra población de aves marinas en Chimbote. Problema que ni es exclusivo de Chimbote ni es responsabilidad de nadie.

Perú ha tenido una extraordinaria población de aves marinas en su historia, la misma que ha vivido periodos de gran desarrollo (años de oro del guano) intercalados por procesos naturales de altas extinciones inducidos por severos eventos de El Niño.

Eso cambió cuando empezamos a pescar en serio. En 1959 teníamos, tras El Niño de 1957-1958, unas 400 bolicheras. En 1964 eran más de 1,800. En 1965 llegó el primer El Niño, que convivió con la pesca industrial de gran escala.

Para 1966, según M. Glantz, que cita trabajos de Conrad, la población de aves marinas se extinguió en casi un 90% al competir estas por alimento contra El Niño y contra la industria.

Han pasado 50 años desde esa experiencia. Este año, el más perturbador tren reciente de ondas Kelvin ha diezmado a la biomasa, según Imarpe.

Ha tenido como resultado el menor año de capturas de anchoveta tras el Niño de 1998, según Produce, y está afectando nuestra reducida población de aves marinas. Es El Niño costero de 2014 que aún no termina.


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