Hoy que las alianzas están hechas, toca el turno de reflexionar sobre las listas parlamentarias. Al respecto, debemos tenerlo claro. Lo que le da estabilidad política al gobierno es el Congreso, porque les da el voto de confianza a los gabinetes y aprueba las leyes que precisa el Ejecutivo para gobernar.
Por ello, es de suma importancia para el gobierno tener el mayor número de congresistas y, con ello, asegurar una mayoría absoluta (la mitad más uno del número legal) y en el peor de los casos, una mayoría relativa (mayoría de parlamentarios que no llega a mayoría absoluta).
Según lo que podemos leer, existen partidos que están “fichando” a los famosos de la farándula, a ex futbolistas (que ni siquiera nos han llevado al Mundial) y a políticos “camaleónicos” que ya han trajinado por varias tiendas políticas, que no podrían asegurar estabilidad al partido o alianza que gane el gobierno. Es decir, se estaría elaborando, en algunos partidos poco serios, listas parlamentarias pintorescas que demuestran únicamente el deseo de ganar el sillón presidencial a como dé lugar.
Las listas deben estar formadas por personas que las una no solo el deseo de ganar una curul, sino la convicción para poder afrontar una crisis y no abandonar el barco en el primer temblor político que suceda. Aparte, que tengan capacidad, experiencia, representatividad, etc. Hemos visto cómo ahora tenemos un Congreso fragmentado, con 9 bancadas, además de los no agrupados, que no le dan la estabilidad al gobierno ni tampoco al Congreso.
Ruego al Supremo que ilumine a los dirigentes de los partidos para que nos ofrezcan listas con personas serias, con solidez ideológica-programática-técnica, con solvencia para la presión mediática, con estabilidad emocional para el estrés que genera estar en el Congreso y que sepan comunicar.
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